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La reacción a los silbidos de la final de Copa del Rey se queda en suspiros

Antiviolencia propone sanciones económicas a la FEF, al Barcelona y Athletic por la pitada al himno previa al partido en el Camp Nou

J. BRAGADO/I. TYLKO

Lunes, 27 de julio 2015, 23:56

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madrid. La decisión de la Comisión Antiviolencia adquirió tintes políticos pero no se atrevió a colisionar con la jurisprudencia. En su reunión sobre los silbidos al himno español en la final de la Copa del Rey la intención de responder con fuerza se quedó en una propuesta de sanción de 18.000 euros al Athletic y 6.000 al Barcelona -menor porque algunos directivos culés se opusieron a la protesta-. Además, se ha propuesto una sanción de 100.000 euros a 'Catalunya Acció' en calidad de instigadora de la convocatoria e inductora de su seguimiento y de 70.000 más a otras diez asociaciones más por «adherirse al manifiesto que sirvió como convocatoria y, en su caso, darle difusión».

Así, los silbidos se han castigado como suspiros después de haberse barajado incluso la clausura de algún estadio de los implicados. No obstante, no se puede olvidar que la Audiencia Nacional archivó en 2009 una querella por ultrajes a España que la Fundación para la Defensa de la Nación (DENAES) interpuso por la pitada al himno en la final de la Copa entre los mismos clubes, celebrada en Mestalla, al considerar que no constituye delito sino un derecho de los ciudadanos.

Según el auto, que confirmó en todos sus extremos el fallo emitido en en primera instancia por el juez Santiago Pedraz, silbar el himno es un ejercicio de crítica política protegido por el derecho constitucional de la libertad de expresión. A pesar de que los pitidos «no son ejemplo de educación ni de civismo mínimo exigible para ser respetado. Nada hay que oponer a que se esté en desacuerdo con instituciones o símbolos del Estado y su forma y régimen fijados en el marco constitucional».

En su momento la Audiencia Nacional añadió: «Tampoco el hecho de colocar una pancarta diciendo 'goodbye Spain' [adiós España] en inglés, probablemente para evitar utilizar el español, a la par que se exhibía una bandera catalana independentista, es una afrenta en términos de delito». Este tipo de carteles también están «amparados por la libertad de expresión y no pueden considerarse difamatorios, injuriosos o calumniosos, ni mucho menos que propugnen el odio nacional o ultraje a la nación», añadía ese auto de hace seis años.

Silbar himnos rivales se ha convertido en una práctica conocida en los partidos de España. La última fue, de manera aislada, durante el España-Ucrania de marzo en Sevilla, anterior duelo selección al recordado del Reino de León en el que el silbado fue Gerard Piqué.

Por otra parte, la reunión sirvió para elevar a la Federación Española de Fútbol la multa más alta de las posibles (123.000 euros) por deficiencias en la organización del evento, por inacción ante las iniciativas políticas y por la no designación de un delegado-informador que observara los posibles actos violentos, racistas, xenófobos e intolerantes.

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