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Stuyven celebra su victoria.
Stuyven dominó la incertidumbre en una accidentada etapa
etapa 8

Stuyven dominó la incertidumbre en una accidentada etapa

El líder, Chaves, sufrió una caída en el paso por Murcia, pero Orica le metió con el grupo

benito urraburu

Sábado, 29 de agosto 2015, 02:01

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La Vuelta a España siempre ha sido una tierra de oportunidades, una carrera en la que darse a conocer en el mundo del ciclismo aprovechando bien las ausencias de algunos corredores o la calma con la que suelen tomárselo otros.

En Murcia, el belga Jasper Stuyven sacó partido de la incertidumbre que rodeó una etapa que se convirtió en peligrosa, en la que se rodó muy rápido y en la que se produjeron muchas caídas, para imponerse a un pelotón principal que había perdido a todos sus hombres rápidos en la subida a La Cresta del Gallo, o en la montonera que se produjo al pasó del pelotón por las calles de Murcia. El único corredor con un cierto pedigrí en las llegadas que quedaba, Peter Sagan, fue arrollado por una moto cuando quedaban ocho kilómetros para la meta.

Trek estuvo muy atento a la nueva situación en la que quedaba la carrera y colocó a Haimar Zubeldia y Ricardo Zoidl delante para anular a un terceto que llevaba unos metros en el que estaban el portugués José Gonçalves, Kenny Elissonde y Alberto Losada.

Caja Rural jugó a todas las bandas en esos momentos de máxima tensión, con Gonçalves, delante y Pello Bilbao, por detrás. Omar Fraile tapó los desmanes que varios corredores intentaron realizar sabedores de que no había un equipo con la suficiente fuerza para poder controlar las ansias de triunfo de muchos ciclistas.

En la meta, Stuyven no falló y Pello Bilbao, un buen escalador, no le ganó por muy poco a este corpulento belga de 23 años, que mide 1.86, y en el que Trek tiene puestas muchas esperanzas para las clásicas, donde forma parte del grupo de Fabián Cancellara. Como juvenil ganó la París-Roubaix y fue cuarto en la Carrera de la Paz. A Trek le ha dado su primer triunfo esta temporada en una carrera de tres semanas. No habían ganado ni en el Giro, ni en el Tour.

Lleva trece triunfos la formación de Haimar Zubeldia y Markel Irizar, que ha visto como esta temporada las lesiones diezmaban a su mejor valor, Fabian Cancellara, lo que les dejó huérfanos de referencias en las clásicas de los adoquines y en el Tour, a pesar de que se vistió de amarillo. Una etapa que parecía tranquila acabó sumida en un toberllino de circunstancias, no todas buenas, que puede tener consecuencias en el futuro.

Los corredores se quejan de calor pero eso no les impidió cubrir en la primera hora de la etapa 51, 6 kilómetros, mientras que en la segunda la media seguía siendo superior a los 47 kilómetros por hora. Una forma de correr que trataba de llevar el pelotón ahogado a las dos pasadas por la Cresta del Gallo. No faltó la escapada de todos los días, en la que estuvo Ángel Madrazo (Caja Rural), que no dejó de jugar con todas las opciones que tuvo a su alcance para poder ganar. Saben que en etapas más selectivas, con finales en alto, lo van a tener mucho más complicado. Buscaron el triunfo con muchos corredores.

Chaves, protegido

La situación de la etapa cambiaría en el primer paso por Murcia. Una montonera dejó tirados en el suelo a corredores como Tejay Van Garderen, Nacer Bouhanni, Daniel Martin o Kris Boeckmans. Y ese percance produjo cortes en el grupo que cogieron, entre otros, a Esteban Chaves, el líder, y a Tom Dumoulin.

El líder pasó otra prueba importante. A poco más de cincuenta kilómetros para la meta, Orica tuvo que organizarse para llevar delante a su líder. «Hubo muchas caídas. Una de ellas me cogió a mí, pero por fortuna todo fue chapa y pintura. Siempre pasan cosas en una carrera. Neil Stephens me dio mucha tranquilidad», comentó. «Me dijo: 'Esteban, tranquilo, quedan sesenta kilómetros hasta la meta, hay tiempo y tienes compañeros a tu lado'. Me llevaron delante muy bien. Nos lo tomamos con una cierta calma para ser una situación peligrosa. Hay que saber afrontar situaciones de ese tipo», explicaba el maillot rojo al que le costó más mostrar su habitual sonrisa. No le hizo mucha gracia esa caída, que en principio no le afectó de una forma importante.

Dumoulin también aprovechó la estela del Orica para recuperar la normalidad, que no tiene nada que ver con la tranquilidad, puesto que tanto las dos subidas a La Cresta del Gallo como sus correspondientes bajadas mostraron de nuevo caídas. José Joaquín Rojas, a pesar de conocer el terreno se salió en una curva, al igual que Alex Howes.

Movistar no quiso amarrar el grupo y eso permitió que se abriese los intentos de escapada, de buscar un ataque que pudiese llegar a la meta, de reducir lo más posible el grupo principal para que aumentasen las opciones de corredores que no tienen tanta rapidez como los 'sprinters'. Todavía nos quedaría por ver, de cara a la meta, la caída de Peter Sagan, al que le pegó una moto, cuando el corredor de Tinkoff se movía para buscar el triunfo. Cuando se levantó tiró la bicicleta, arremetió contra la moto, primero, contra los ocupantes del coche del médico, más tarde, y pegó un puñetazo a un coche, hasta que se calmó algo.

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