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Anacona celebra su triunfo en Valdelinares.
Movistar se relaja y coloca a Nairo
NOVENA ETAPA

Movistar se relaja y coloca a Nairo

El colombiano Winner Anacona, el más fuerte de la fuga, vence en la cima de Valdelinares

Benito Urraburu

Domingo, 31 de agosto 2014, 00:54

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Todo ha sido diferente. Después de ocho días en los que el pelotón de la Vuelta a España se fue derritiendo a fuego lento, día a día, con temperaturas cercanas, o superiores a los 40 grados, el frío, la lluvia y las bajas temperaturas irrumpieron en el pelotón de la carrera de una forma drástica, sin piedad con los ciclistas, que lo tienen que aguantar todo. Es una de esas profesiones en las que quejarse no sirve de nada. La diferencia de temperatura llegó a los treinta grados.

Hace ya muchos años, Manuel Saiz fichó a un corredor que venía de correr en los Estados Unidos, de apellido Franco, -es lo que hay-, que daba unas pruebas médicas fabulosas de capacidad pulmonar, resistencia. En fin, que parecía un prodigio. El problema llegó cuando le pusieron en la carretera y un día hacía calor, otro llovía, otro frío. Para su desgracia, no llegó a nada.

La Vuelta a España ha pegado un cambio, meteorológico, de 360 grados, y ya se sabe lo que pasa: que con cuerpos muy castigados, cualquier incidencia brusca la acusan organismos que no están bendecidos con la gracia de Dios.

Los cinco magnífícos estuvieron delante, igual que Winner Anacona, el colombiano que ganó en la cima de Valdelinares, a casi dos mil metros de altitud. Es verdad que la subida no era de una dureza extrema, pero cuando hablamos de dos mil metros, 1.975, exactamente lo estamos haciendo de palabras mayores. El cuerpo, ni siquiera el de un ciclista, no responde igual.

Nairo Quintana se colocaba de líder, el Sky casi fundió a Froome que tuvo siempre tres compañeros, como mínimo a su lado, -fue el equipo que dispuso de más efectivos en la ascensión-, y Contador y Purito atacaron. Katusha se fajón con Dani Moreno y Caruso. A 1.100 metros, Contador atacó. No se traduciría, finalmente, en nada ese ataque, pero lo importante es que Contador se mueve. Y si Contador se despereza, cuidado. Hay que conoce su mentalidad. Necesita sentirse fuerte, «tener piernas», y las va cogiendo, y ahí está, delante, en una forma que sólo él sabe como es realmente.

Cuando un ciclista tiene esos genes se puede esperar todo de él. A 600 metros el que se movió fue Nairo Quintana, para no dejar que Contador se creciese y cogiese mucho tiempo; Purito salió detrás y se encontró a Vorganov, uno de los componentes de la amplia escapada que comandó la etapa.

Katusha se llevó a Quintana a rueda y en la línea de meta todo se quedó en nada, excepto para Valverde y Froome, que perdieron trece segundos, igual que Fabio Aru, ese italiano que terminó tercero en el Giro y que ahí está, aprendiendo, esperando hacerse un hueco con las estrellas.

También Rigoberto Urán y Dani Martin estuvieron en ese grupo. Nibali tendrá en muy poco tiempo un problema en su equipo, si no lo tiene ya. En Valdelinares, donde Damiano Cunego fue tercero, -un corredor de otra época que ganó un Giro y ahí sigue, entre segundos de gloria y minutos de miseria-, ganaba Winner Anacona, del que se dice que su padre le puso Winner, en recuerdo del holandés Peter Winnen.

Le quería poner Winnen Andrew, el segundo de ellos por el americano Hampsten. Un fallo en la partido de nacimiento dejó el Winen en Winner. Es un colombiano grande físicamente, con 1.79 y 65 kilos de peso. Colombia no tiene límite alumbrando ciclistas. Además de condiciones cuenta la necesidad de triunfar y eso les abre las puertas de Europa donde está el dinero.

La Vuelta vivió un doblete colombiano, etapa y liderato, Anacona y Quintana. Es la victoria número 29 para Colombia en la historia de la Vuelta a España. El último ganador colombiano en la prueba fue Leonardo Duque, en 2007. Nació en Boyacá, una de las regiones que más ciclistas de nivel internacional ha dado a ese país.

No ha sido fácil la vida de Winner. Cuando a finales de 2012 entrenaba en su país cerca del municipio de Cucaita (Boyacá) tuvo una caída y se fracturó el maléolo del peroné del tobillo derecho y una luxación del astrágalo. Intentó evitar a un perro y se comió la carretera.

Había terminado la Vuelta a España en el puesto decimonoveno, a 23:38 de Contador. Nadie reparó en él. Dos años después ha sido capaz de ganar. Procede del valle del Cauca, donde su padre, que fue policía, criaba conejos y gallinas, una vida dura por la que prácticamente han pasado la mayoría de los ciclistas de ese país. Tuvo una recaída de esa lesión y hasta mediados de la pasada temporada no volvió a correr. Terminó la Vuelta de 2013 en el puesto 105. Fue el que más aguantó en una escapada de treinta ciclistas.

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