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El escudo de los Bulls, pintado en el suelo de una cancha callejera
Chicago, la ciudad que antes jugaba al baloncesto

Chicago, la ciudad que antes jugaba al baloncesto

La ola de violencia que vive en los últimos años, ha vaciado las canchas callejeras de la 'Ciudad del Viento', tradicionalmente entregada al deporte que encumbró a Michael Jordan

ADRIÁN PIÑEL

Domingo, 20 de julio 2014, 09:28

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Cualquier niño amante del baloncesto criado en Chicago a mediados de los 80, al cerrar los ojos, soñaba con ser Michael Jordan. Cada victoria en el patio del colegio, cada tiro ganador en las canchas del barrio suponía conseguir un nuevo anillo y acercarse un poco más a su ídolo. Las canastas de Air, sus vuelos sin motor, su dominio en un lado y en otro de la pista coronado con 6 títulos de la NBA, fueron el símbolo de una ciudad que vivía por y para los Bulls.

Ahora, ya adultos, aquellos niños de la ciudad del viento abren las puertas del United Center a Nikola Mirotic y a Pau Gasol. La llegada de los dos españoles supone, a la espera de ver cómo se recupera Derrick Rose de su maltrecha rodilla, una inyección de calidad que les permite optar al campeonato en la Conferencia Este.

Hasta que el mes de octubre asome, y con él, el inicio de un nueva temporada, el baloncesto en Chicago pasa por las calles. O pasaba. No son pocos los deportistas que históricamente han querido agradecer al deporte que les sacara de los barrios, que les alejara de la violencia y los malos hábitos en forma de droga. Ahora, los tiempos han cambiado.

Las más de 150 pistas de baloncesto y sus alrededores son el epicentro del problema. Ahora el deporte ya no es una opción para los chicos más humildes de la ciudad. «Los tiroteos y el tráfico de drogas ha dejado a los niños fuera de las canchas», aseguraba el entrenador de la Universidad Estatal de Chicago, Tracy Dildy en una entrevista a la ESPN. «Los narcotraficantes se han apoderado de los campos de juego y los parques infantiles. Las canchas se han convertido en campos de batalla. No puedo culpar a los chicos por no jugar a la pelota ahí fuera», sentenció.

De acuerdo a un reciente informe del 'Chicago Tribune', en lo que va de año, 1254 personas ya han sido tiroteadas en la ciudad, una media de casi siete por día. En 2013 fueron un total de 2185 víctimas, entre las que hay que incluir un niño de 3 años que fue disparado junto a otras 12 personas en una cancha en Cornell Square Park.

Basket en la 'capital del crimen'

Esta ola de violencia desenfrenada llevó al FBI a bautizar Chicago como la capital del crimen. Las cifras de violencia se traducen en miedo y el exdirector de parques y actividades recreativas para el pueblo de University Park, al sur de la ciduad. Rob Graham reforzaba en una entrevista a la ESPN las palabras del entrenador Dildy: «Los chicos ya no juegan tanto como antes, ahora sus padres están asustado. Y también lo están los niños».

Pese a que la situación sigue siendo extremadamente complicada, la tendencia en 2014 parece haber mejorado ligeramente. Al finalizar junio, el gobierno contabilizó 171 víctimas mortales, 9 menos que en el mismo periodo del año pasado. Según el portavoz de la Policía de Chicago, Marty Maloney, es el mejor semestre desde 1963.

Aún así, parece evidente que queda mucho por hacer para devolverle al baloncesto su dominio callejero, para desterrar a las bandas de las pistas y que la ciudad disfrute del deporte de la canasta dentro y fuera del United Center. Hasta entonces, ni siquiera Jordan, Rose o Pau, podrán hacer que los niños vuelvan a soñar con que sus canastas en las pistas del barrio le vuelven a dar títulos a la ciudad.

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