«Hemos malacostumbrado a la afición»

Hace ya unas semanas que tiene «organizada la casa y resuelto el colegio de los peques, lo fundamental», en Nueva York, su nuevo destino. José Manuel Calderón (Villanueva de la Serena, Badajoz, 1981) ha dejado aparcado su traslado a la Gran Manzana hasta después del Mundial y se encuentra totalmente centrado el objetivo de sumar el segundo oro en este torneo tras el obtenido en Japón en 2006, el que abrió la etapa más brillante de la historia del baloncesto español. El base es un jugador con alma de entrenador, y es habitual verle dar indicaciones a sus compañeros y hablando con los técnicos tanto en los entrenamientos como en los partidos.

-Llama la atención su traspaso de Dallas a Nueva York después de la buena temporada que había completado.

-Sorprende porque habíamos acabado muy bien la temporada. Pero también es cierto que Dallas estaba buscando un pívot desde hace tiempo. Su prioridad era encontrar un cinco, Tyson Chandler era una posibilidad y coincidió que Phil Jackson quería un base de mi estilo para su triángulo ofensivo.

-Pocos halagos pueden haber mejores que Phil Jackson, presidente de los Knicks y ganador de 11 anillos de la NBA como técnico, le buscara para dirigir el juego de su franquicia.

-Sé que ya había querido contar conmigo en ocasiones anteriores y que le gustaba mi estilo pero no se habían dado las circunstancias oportunas. Ahora, tanto él como Derek Fisher, el entrenador del equipo, han pensado que yo era el base perfecto para el nuevo proyecto y estoy muy feliz por ello.

-¿Qué significa formar parte de los Knicks, una de las franquicias más mediáticas de la NBA?

-Estoy muy contento e ilusionado. Jugar en el Madison Square Garden es especial, y hacerlo como local cada noche debe ser algo increíble. Comenzar mi décima temporada en la liga en Nueva York, una ciudad importante y fantástica, es muy bonito. La gente que no entiende de baloncesto sabe quiénes son los Knicks.

-No fructificó, sin embargo, el fichaje de Pau Gasol, que ha acabado en los Bulls, rival en la Conferencia Este. ¿Le pidieron opinión?

-No hacía falta. Ha ganado dos anillos con Jackson y eso es referencia más que suficiente. Es una pena. Siempre te gusta coincidir con amigos, más con Pau, que es un fantástico jugador. Ha elegido Chicago, que es un gran equipo y una gran franquicia. Para nosotros hubiera sido un jugador increíble, pero también es verdad que por temas salariales resultaba muy difícil su incorporación.

-Antes de Nueva York, la esperanzadora Copa del Mundo. ¿El jugar en casa añade un extra de motivación o supone una presión mayor de la habitual?

-Yo motivado estoy en todos los campeonatos. Este es especial porque jugamos cerca de los nuestros. Es un premio para nuestra afición, que podrá ir a la cancha después de muchos años lejos, viéndonos por televisión. La presión se la pone cada uno. Estamos en el grupo de favoritos y el margen de error es mínimo, no puedes perder y debes estar siempre a tope. Es lo que hay. Suena a tópico pero debemos ir partido a partido. No nos queda otra. Ahora tenemos que preocuparnos de Egipto, de Irán, de Francia, de Serbia,... Ya irán llegando. Y ojalá podamos estar el 14 de septiembre en la final. Contra el que sea.

-¿Han dado muchas vueltas a la posible final contra Estados Unidos?

-Nosotros, no. Nos da igual. Está claro que es la final que a todo el mundo le encantaría. Pero lo que yo quiero es que España esté. No sé si Estados Unidos va a llegar. No me lo planteo.

-¿Sería un fracaso no alcanzar esa final soñada?

-Depende de cómo pierdas, dónde pierdas, de lo que hayamos mostrado. Hay muchas formas de perder, de quedarte fuera de un campeonato. Cuando acabe el Mundial veremos si ha sido un fracaso, un éxito o si hemos jugado fantástico.

-Hay muchas bajas de estrellas en varias selecciones, entre ellas, Estados Unidos. ¿Es España la que llega con el equipo más completo, con sus mejores doce jugadores?

-Hablar de bajas en Estados Unidos es relativo. Siempre va a tener un equipazo. Otros puede que lo noten más, como Francia con la ausencia de Tony Parker. Pero en un Mundial todo el mundo sabe jugar, te sale un partido sólo regular y te vas a casa. Eso es lo complicado. Octavos, cuartos, semifinales, final... Son muchos partidos los que hay que ganar y hay que estar preparados para ello. ¿Tenemos un grupo como queríamos? Sin duda. Está todo el mundo aquí y sano para empezar el campeonato. Ahora toca que esto nos valga y convertirlo en positivo para nosotros.

-¿Es Estados Unidos el favorito?

-Lo es. Es la campeona y nos ha ganado las últimas veces. Nosotros estamos en un grupo de cinco o seis equipos que aspiran a llegar a la final y ganarla.

-¿Qué les pide la afición?

-Nos pide ganar, como siempre. Hemos entrado en una dinámica en la que o ganas o está mal. Hemos malacostumbrado a la afición. Nuestra obligación es competir y luchar al máximo. Luego el campeonato pone a cada uno en su sitio. Tenemos equipo para llegar a la final. Pero hay que demostrarlo en la pista y jugar bien. Hay que dar muchos pasitos para llegar a esa final.

-¿Toman como lección el fracaso de la selección de fútbol en el Mundial de Brasil?

-Nos han hecho comentarios. Pero esta España venía de ganar dos Eurocopas y un Mundial. No han salido bien las cosas esta vez, pero se volverá a intentar y se volverá a ganar. Antes no nos metíamos en las finales y no pasaba nada. Ahora que nos metemos, como no hemos ganado parecemos los peores. Hay que ser más consecuentes y no venirnos tan arriba cuando ganamos o tan abajo cuando perdemos. Hay otras selecciones que también pretenden hacer un buen torneo y que van a dar el 300% para derrotar a los favoritos o al campeón. Jugamos en casa, tenemos que estar tranquilos. Ojalá nos vayan bien las cosas.

-¿Cuál es la clave de este éxito tan duradero?

-La clave es que somos un equipo. De otra manera, sin ese sacrificio de no pensar en quién juega más o menos o quién mete más puntos no se podría haber logrado todo lo que hemos conseguido.

Tres estilos

-¿Qué juego tiene que hacer España para ganar?

-Nosotros aprovecharemos lo que podamos. Creo que tenemos el mejor juego interior del Mundial. Contra unos intentaremos aprovecharlo, contra otros deberemos jugar más con los exteriores. Y luego hay que ver qué nos plantean los rivales. Esta claro que algunos querrán jugar con hombres pequeños para poner en apuros a nuestros grandes. Deberemos que tener muy clara la estrategia, preparar muy bien los partidos, trabajar distintas opciones tácticas y tener paciencia. Es vital jugar como equipo. Pasarnos el balón buscando al que esté mejor en cada momento y ser fuertes atrás, unirnos en defensa.

-¿Con ganas de empezar ya?

-Estar aquí es especial. Estamos contentos de unirnos otra vez para intentar hacer algo bonito para España. Más en esta ocasión, que jugamos en casa. Pero todo tiene su tiempo. Hace unos años teníamos más ganas de empezar cuanto antes. Ahora nos tomamos las cosas con mucha más paciencia. Necesitamos un periodo para estar bien, ara prepararnos e ir sumando. Lo bueno es que estamos todos, sin lesiones, que es lo principal, y que vamos a estar a tope para poder competir contra cualquier equipo. Además, la gira de amistosos nos ha ayudado a saber qué mejorar, qué cosas cambiar.

-Dirigir a unos compañeros de esta calidad, ¿es estimulante o es una gran responsabilidad?

-Es muy fácil. El baloncesto es más sencillo cuando tienes a buenos jugadores a tu alrededor. Más aún cuando llevas tantos años juntos. Con una mirada basta para saber lo que hacer.

-Esta selección tiene tres bases y tres estilos.

-Los tres somos muy diferentes. Eso es bueno para el equipo. Habrá partidos que se necesite más a uno o a otro. No competimos entre nosotros. Al final es el seleccionador el que decide quién juega más, pero nosotros competimos para que gane España. Intentamos apoyarnos entre nosotros para que todo salga bien.

-Se perdió el pasado Mundial por una inoportuna lesión. ¿Tiene ganas de resarcirse?

-El baloncesto y el deporte tiene estas cosas. Hay momentos que te pierdes unas cosas, hay lesiones, pero todo tiene su razón de ser y no hay que darle muchas vueltas. No le doy demasiada importancia. Ahora, estoy genial. Llevo dos o tres temporadas muy buenas desde la lesión del pasado Mundial, que no fue una lesión grave, fue inoportuna. Una rotura de fibras que puede pasar en cualquier momento. Son gajes del oficio.

-¿Es este el último gran torneo de la generación del 80?

-La gente lleva mucho tiempo hablando de ello, pero seguimos aquí, dando la lata. No lo sé. Nunca lo he sabido. Depende de cómo vaya el año y cómo llegamos al verano, si físicamente estamos bien. Cada uno somos diferentes. Ahora estoy aquí, después cambiaré el chip y pensaré en mi equipo. Llegará el fin de la temporada y volveré a cambiar de chip. Así estamos todos. Pero no hemos hablado nunca de que sea o no nuestro último torneo. Que yo sepa, nadie ha dicho que se vaya a retirar de la selección. Es cierto que cada vez somos mayores y va costando más. Pero son muchos los años que llevamos y bastantes los que ya hemos escuchado lo del fin de ciclo y aún no ha llegado. Alguna vez acertarán.

-¿La actual situación económica del país dificulta que salgan nuevas generaciones de jugadores?

-Van saliendo jóvenes. Es verdad que el país no está en el mejor momento y que hemos pasado años complicados, pero hay jugadores que están preparados para dar el salto y cambiar esta selección. Poco a poco van entrando. De hecho, ya tenemos algunos que llevan muchos años pero que son muy jóvenes como Ricky Rubio, Marc Gasol o Rudy Fernández, a los que les queda mucho camino. A los veteranos quizás nos cueste más, pero hay generación de sobra para que este equipo todavía tenga un camino largo.