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Luka Doncic, en una acción ante Kostas Vasileiadis. Elvira Urquijo A. (Efe)
El Madrid se abona a la final de Copa
Copa del Rey | Semifinales

El Madrid se abona a la final de Copa

Relanzado por Doncic y Rudy, el campeón esperó su momento para destrozar al Tenerife tras el descanso

Amador Gómez

Las Palmas

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Sábado, 17 de febrero 2018, 08:54

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El Real Madrid repetirá final de la Copa del Rey, la quinta consecutiva y la octava en nueve años, y este domingo luchará por igualar un récord que firmó hace 44 años en el torneo del KO. Después de sufrir ante el Unicaja, el Madrid superó como se esperaba con muchísimas menos dificultades al Iberostar Tenerife, que tras alcanzar las semifinales por primera vez en su historia debió rendirse ante el dominador de la competición en el último lustro, de nuevo gran favorito para revalidar el título.

Con una marca ya de 17-1 desde que Pablo Laso es entrenador del Real Madrid, el equipo blanco rompió el partido entre el final del tercer período y el inicio del cuarto para, con un parcial de 0-14 y una ventaja de 15 puntos (49-64) dar el golpe de autoridad que necesitaba para despejar definitivamente el camino hacia otra final. En esos minutos decisivos, en los que Luka Doncic impuso de nuevo su autoridad, también resultó determinante la irrupción de Rudy Fernández, que con sus robos, contraataques y canastas, triple incluido, destrozó a un conjunto canario que sólo brilló en el primer período y no pudo aguantar el nivel frente al despliegue, talento y recursos infinitos de este demoledor Real Madrid.

Sobrado de figuras, calidad y ambición, el equipo blanco esperó con paciencia su momento para sobreponerse a una desventaja de nueve puntos (26-17) en el segundo período y comenzar a partir de entonces una remontada sin freno contra un Tenerife que se estrelló contra la defensa madridista y fue desbordado por la ofensiva arrolladora del campeón. Si en los cuartos de final el Madrid se agarró a la magistral dirección de Facundo Campazzo y el base argentino fue el máximo anotador del partido, en la semifinal fue Doncic el encargado de decidir y erigirse, con 17 puntos, cinco asistencias y cuatro recuperaciones, sin pérdidas, para 28 de valoración, en la gran estrella de un choque desequilibrado también por el talento y la mayor amplitud de banquillo del Real Madrid.

Iberostar Tenerife

San Miguel (5), Vasileiadis (-), Ponitka (8), Abromaitis (4) y Tobey (14) -quinteto inicial-. Borg (-), Bassas (-), Fran Vázquez (16), Allen (-), Beirán (4) y White (8).

59

-

77

Real Madrid

Campazzo (6), Causeur (7), Taylor (1), Thompkins (13) y Tavares (4) -quinteto inicial-. Randolph (2), Rudy Fernández (13), Doncic (17), Maciulis (-), Reyes (-) y Carroll (14).

  • Parciales: 19-11, 19-26, 11-19 y 10-21.

  • Árbitros: Pérez Pérez, Jiménez y Cortés.

  • Incidencias: Primer partido de semifinales de la LXXXII Copa del Rey, disputado en el Gran Canaria Arena.

Al Iberostar no le bastó con el poderío interior de Fran Vázquez, que mantuvo a los suyos en la pelea hasta el final del tercer parcial, porque además de que el equipo de Fotis Katsikaris estuvo negado en el lanzamiento exterior (2 de 21 triples), funcionaron las rotaciones de Laso en un conjunto bastante más fresco que tuvo a cuatro jugadores con dobles dígitos en anotación. Entre ellos, aparte de Doncic y Rudy, Thompkins, también clave en el mejor momento de juego y confianza madridista, y Carroll, que fue quien, con siete puntos consecutivos al filo del descanso, comenzó a mandar al Tenerife el mensaje de que al defensor del título no se le iba a escapar la final a la que está abonado, para intentar enlazar cinco Copas. En ese segundo cuarto, del espejismo del 26-17 debido a un pésimo inicio de encuentro de los blancos (sólo 11 puntos en los primeros diez minutos, con 1 de 11 en triples ante una efectiva defensa en zona canaria), se pasó rápidamente a un 36-37, relanzado el campeón por la producción anotadora del estadounidense.

Curiosamente, en el tercer cuarto, el resultado fue el mismo que en el primero, pero al contrario, porque entonces, cuando el partido marchaba 42-44, salió Doncic para actuar de escolta junto a Campazzo, y ahí comenzó la escalada irremediable de los madridistas, relanzados por el insultante dominio del esloveno y el trabajo defensivo y ofensivo de Rudy. El Iberostar se quedó entonces sin recursos para intentar frenar la avalancha que se les echó encima. Y el Madrid, aun con el duelo resuelto, no flojeó en defensa y rebajó todavía más la anotación de los tinerfeños.

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