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Sobral entrega el micrófono-trofeo a Netta. EFE
Eurovisión 2018: La venganza de Netta con Salvador Sobral

La venganza de Netta con Salvador Sobral

La cantante israelí, ganadora de Eurovisión 2018, recibió el premio de manos del último vencedor, que había calificado de «horrible» su canción 'Toy', un alegato contra el bullying

miguel ángel alfonso

Lunes, 14 de mayo 2018, 15:47

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Si hay una foto que define el gran debate que se ha vivido este año en el seno de Eurovisión es la de Salvador Sobral (ganador en 2017) entregando el micrófono de cristal a Netta Barzilai (Hod HaSharon, Israel, 1993), que en la noche del sábado conquistó la cuarta victoria en el festival en la historia de su país con 529 puntos, veinte años después de la última (1998, Dana Internacional). Sobral, que en Kiev emocionó a Europa con la balada 'Amar pelos dois' y también la conmocionó con su defensa de una música «sin fuegos artificiales», había cargado dos días antes contra 'Toy', la canción de la nueva reina del certamen, que calificó de «horrible». El cambio de cetro fue incómodo y la mirada de ambos les delata. Hubo algo de venganza.

¿Qué debería premiar el festival, la canción o el 'show'?, se preguntaban muchos el sábado por la tarde en Lisboa, horas antes de la final. Netta, en cambio, contemplaba la desembocadura del Tajo tranquilamente mientras comía de menú (13 euros) en la terraza del restaurante que la organización había destinado a la prensa. Estaba rodeada de su delegación, de un guardaespaldas que no quitaba el ojo al resto de comensales y, seguramente, de algún que otro agente del Mossad (el servicio secreto israelí) de paisano. Aún no se había subido al escenario pero ya tenía la respuesta a la pregunta.

Netta: «Me han dicho tantas veces que no soy suficientemente bonita...»

La esencia de 'Toy' es un cacareo que pone a prueba la voz de Netta (en los ensayos previos a la final no los había realizado para proteger las cuerdas vocales), una declaración de intenciones -«Mírame, soy una criatura bella»-, seguida de un estribillo pegadizo que esconde un mensaje contra el bullying: «No soy tu juguete, chico estúpido». Un acoso que sufrió la joven cuando regresó a los 4 años de Nigeria -país al que se había mudado con su familia cuando tenía unos meses-, porque su aspecto físico no encajaba. Ella soñaba con ser una artista delgada.

«Es una canción de empoderamiento para todos los que han estado luchando por ser ellos mismos: contra sus jefes, contra el gobierno, contra alguien pisándoles. Me han dicho tantas veces que no soy lo suficientemente bonita, que no soy lo suficientemente inteligente, que no soy lo suficientemente delgada como para hacer lo que quiero hacer...», explicó feliz durante la rueda de prensa posterior a su victoria.

En Israel hubo unanimidad en celebrar la victoria de una joven modélica que ha cumplido con su servicio militar obligatorio como miembro de la banda de música de la Marina y que llegaba a Eurovisión tras conseguir el 87% de los votos en un 'reality show'. Las calles de Tel Aviv se llenaron de personas celebrando el resultado de la votación. Hasta el propio primer ministro, el impertérrito David Netanyahu, hizo ayer un guiño a su campeona imitando el aleteo de una gallina antes de entrar en una importante reunión. «Netta, has traído mucho respeto al Estado de Israel ¡El próximo año en Jerusalén!», escribió el mandatario en Twitter. Una clara estrategia para buscar el reconocimiento del resto de naciones participantes a su intención de trasladar la capitalidad del país a la histórica urbe.

Distinto ánimo reinaba en la delegación española, representada por Amaia Romero y Alfred García, a la que ayer le tocaba reflexionar. Pese al puesto 23, con 61 puntos, la pareja se mostraba satisfecha. «Creo que lo hemos hecho muy bien, ha sido una experiencia inolvidable», reconocía la navarra a los periodistas tras la final. Eran las dos de la mañana y las caras de cansancio hacían mella en ellos. «Ha sido un puesto de mierda», añadía ella con total naturalidad.

«No era nuestra favorita»

Amaia y sobre todo Alfred han remado a lo largo de su paso por el festival en la misma dirección que Sobral. La puesta en escena de 'Tu canción' era sobria y falta de artificios para reforzar lo esencial: la letra y la química de ambos. Aunque no hubo errores y la ejecutaron como estaba previsto ante un público entregado dentro del estadio, los telespectadores europeos, los que votan por teléfono, no compraron la historia de amor que trataban de vender y que solo conocíamos en España gracias a su paso por 'Operación Triunfo'.

Por eso, al ser preguntados por el tema ganador y su espectacular puesta en escena, Amaia reconoció: «No era nuestra favorita». Alfred ni respondió. Pero para RTVE la experiencia ha sido un éxito; la final fue la más vista de la última década con 7.170.000 espectadores, un 43,5% de cuota de pantalla.

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