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Premiadas. De izquierda a derecha, Ann Dowd, mejor actriz de reparto en drama; Elisabeth Moss, mejor actriz dramática; y Alexis Bledel, mejor actriz invitada en drama. Todas de 'El cuento de la criada'. reuters
Ellas mandan en los Emmy

Ellas mandan en los Emmy

Los galardones más importantes de la televisión abrazan la causa feminista al premiar dos títulos reivindicativos como 'El cuento de la criada' y 'Big Little Lies'

MIKEL LABASTIDA

Martes, 19 de septiembre 2017, 00:03

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Ha sido un año increíble para las mujeres en televisión». Lo exclamó Reese Witherspoon al recoger el premio Emmy a la mejor miniserie, como una de las productoras de 'Big Little Lies', la historia sobre un grupo de madres que tratan de esconder sus miserias detrás de unas vidas aparentemente perfectas y de un entorno idílico -en Monterrey, una exclusiva zona en la costa de California-.

Las palabras de la actriz cobran más valor si uno conoce la pelea que ha librado en los últimos años para encontrar su hueco en una industria, la de Hollywood, en la que a las féminas les sigue costando acceder a puestos de responsabilidad (de entre más de 250 estrenos de filmes destacados en 2016, solo un 7% estaban dirigidos por una mujer y la cifra de productoras es aún menor). En el caso de las intérpretes son muchas las que se quejan de lo complejo que es hallar papeles solventes una vez se acercan a la barrera de los 40. Witherspoon cumplió el sueño americano a principios del año 2000 triunfando en títulos como 'Crueles intenciones', 'Una rubia muy legal' o 'Sweet Home Alabama'. El reconocimiento le llegó en 2005 con 'En la cuerda floja', biografía de Johnny Cash que le valió un Oscar. Su estrella se apagó después y encadenó varios fracasos hasta el punto en que llegó a aparecer en la lista Forbes de los actores menos rentables. Su carrera parecía condenada.

Nada que no les haya pasado a otras chicas jóvenes y guapas, que una vez cumplen años dejan de llamar la atención en el séptimo arte. Ella no se dio por vencida y fundó su propia productora para poner en marcha proyectos protagonizados por mujeres, como las películas 'Perdida' o 'Alma Salvaje' o la serie 'Big Little Lies'. Para esta última se alió con una actriz con una trayectoria similar, Nicole Kidman. Las dos son productoras ejecutivas de esta adaptación de la novela homónima de Liana Moriarty, que entusiasmó a la HBO. Las dos afrontaron papeles incómodos. Witherspoon como madre frustrada y esposa poco satisfecha. Kidman como mujer maltratada, atrapada en un matrimonio que desde fuera parece 'de cuento'. Por sus magníficas interpretaciones ambas aspiraban al Emmy como protagonistas de una miniserie. Lo ganó la segunda y se lo dedicó a la primera y a todas las mujeres luchadoras de Hollywood. «Nuestra amistad creó oportunidades a raíz de la frustración que teníamos porque no nos ofrecían grandes papeles protagonistas», aseguró.

Kidman, que vive ahora un buen momento gracias a producciones como 'Lion' o 'La seducción', aprovechó, al recoger su galardón, para denunciar la violencia de género, una lacra de nuestra sociedad a la que se ven expuestas mujeres de toda condición. «Existe mucho más de lo que pensamos. Está silenciado y da vergüenza», afirmó la intérprete, que confió en que estos galardones den visibilidad a este problema. Lo harán. 'Big Little Lies' logró nada menos que ocho reconocimientos, entre otros a Alexander Skarsgard -el maltratador- y a Laura Dern, otra estrella de los 90 que vive un renacer laboral en las pantallas.

El mismo número de premios ha obtenido 'El cuento de la criada' en la categoría de mejor serie dramática. La victoria de ambas ha sido entendida como el triunfo en la 69 edición de los Emmy de la causa feminista, porque los dos títulos denuncian dificultades y amenazas para la mujer del siglo XXI. Lo curioso es que el mejor drama de 2016 es una adaptación de una novela de Margaret Atwood publicada en 1985, que sin embargo ha encontrado lecturas actuales, por lo que ocurre en países árabes y por las políticas con las que amenaza Donald Trump.

'El cuento de la criada' (The Handmaid's Tale) es un relato de ciencia ficción distópico y feminista que plantea un futuro en el que los Estados Unidos se convierten en una dictadura teocrática llamada Gilead como consecuencia de una serie de desastres medioambientales que han provocado un aumento de los problemas de fertilidad. A las mujeres les retiran todos sus derechos, hasta su identidad, y son valoradas únicamente en función de su capacidad para procrear.

La trama se centra en una joven, Defred. Pierde su nombre real para rebautizarse según el comandante al que sirve, en su caso Fred Waterford. Esta criada es tratada como una esclava y entre sus funciones está obligada a mantener relaciones sexuales con su dueño, para darle la descendencia que su esposa no puede. Ella se debate entre la sumisión y la rebelión, sabiendo que se juega su vida con sus decisiones. Elisabeth Moss, mejor actriz principal, ha conseguido por fin el Emmy que tantas veces se le negó con 'Mad Men'. Era la gran favorita, aunque su proximidad con la Iglesia de la Cienciología generaba polémica.

Valiente, controvertida y estéticamente muy llamativa. Son tres adjetivos que se han asociado con la serie de Moss, que ha sido citada en debates como el de la gestación subrogada o el derecho de interrupción del embarazo. Más allá de por el argumento, la presencia femenina en esta producción es muy relevante. Siempre hubo pretensión de que ellas ocupasen el mayor número posible de puestos de responsabilidad. Por ello más de la mitad de capítulos están dirigidos por directoras y en la sala de guión también predominan las mujeres -aunque el creador y productor ejecutivo sea un hombre, Bruce Miller-.

El ejemplo de la televisión

'El cuento de la criada' predica con el ejemplo. Confía en el talento de la mujer, una máxima que la televisión lleva por bandera y que contrasta con lo que ocurre en el cine. Por eso estrellas como Susan Sarandon o Jessica Lange (que se fueron de vacío con 'Feud', la gran perdedora de la noche junto con 'Westworld') no han dudado en dar el salto de plataforma. Al igual que otras celebridades como Robert de Niro, Ewan McGregor o Anthony Hopkins, presentes también en la gala.

«¡Derrocad al patriarcado!», gritó el año pasado Jill Soloway, creadora de la serie 'Transparent'. Y parece que sus votantes se lo tomaron al pie de la letra. Además de las citadas consiguieron distinción Julia Louis-Dreyfus, que recibió su octavo Emmy y el sexto por el personaje de presidenta Meyer en 'Veep' (HBO), reconocida de nuevo como mejor comedia.

En este apartado se distinguió el guión del episodio 'Thanksgiving' de 'Master of none', escrito por Aziz Ansari y Lena Waithe, primera guionista afroamericana que obtiene la estatuilla. El triunfo de 'El cuento de la criada' es también el de una plataforma online, Hulu, frente a las propuestas más convencionales. En la misma línea está Netflix, que tuvo mala noche y se tuvo que conformar con menciones sueltas para un capítulo de 'Black Mirror' o un actor de 'The Crown'.

Fue la gran fiesta de la tele y como manda la tradición todos los que forman parte de ella pasaron por la alfombra roja. Deslumbraron veteranas como Jane Fonda, radiante a los 79 años con un vestido de Brandon Maxwell. Quien tuvo retuvo. Michelle Pfeiffer ocupaba puestos en las listas de las mejores vestidas con un traje de Óscar de la Renta. Y Sofía Vergara acaparaba miradas con un diseño de Mark Zunino.

Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. Un ejemplo, Kiernan Shipka, la que fuese hija de Don Draper, convertida ahora en instagramer de moda. Vestía un Miu Miu. Tiene 17 años y ya es 'influencer'. Las tendencias no entienden de edades. Que se lo pregunten a Millie Bobby Brown, la inolvidable Once de 'Stranger Things' (otro título que no obtuvo ningún reconocimiento). La actriz de 13 años encandiló con un vestido de bailarina de Calvin Klein.

Sus compañeros de reparto no le anduvieron a la zaga. Era casi imposible reconocer a los personajes de Dustin, Mike o Lucas, al ver a sus intérpretes vestidos con americanas estampadas y pajaritas. La presión sobre las vestimentas de los chicos siempre es menor en este tipo de eventos, pero no por ello destacan menos. Así lo hicieron Riz Ahmed (mejor actor de por 'The Night of') que lució un Prada, Donald Glover (mejor actor de comedia por 'Atlanta') con un Gucci violeta y el propio presentador de la gala, Stephen Colbert, con un Giorgio Armani.

A este último se le esperaba con ganas por ser un azote habitual del presidente Trump. «Fue muchas veces nominado por 'El aprendiz' pero nunca ganó. Si hubiera ganado un Emmy no se hubiera presentado a la presidencia», ironizó desatando las risas del público.

Al magnate lo nombró también por Alec Baldwin, que lo imita en 'Saturday Night Live', o por el exportavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, cuya aparición resultó una sorpresa.

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