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Paz Vega: «No se me caen los  anillos por nada»

Paz Vega: «No se me caen los anillos por nada»

Paz Vega decidió volver a España durante el rodaje de 'Perdóname Señor', la nueva serie que Telecinco estrena este míercoles.«Ha sido un regreso grande en muchos sentidos»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Lunes, 22 de mayo 2017, 00:49

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Paz Vega (Sevilla, 1976) decidió dejar atrás 14 años de vida en Los Ángeles cuando Telecinco la llamó para interpretar a Lucía, la monja protagonista de 'Perdóname Señor', la miniserie que la cadena estrena el miércoles (a partir de las 22.30 horas) y que está ambientada en la localidad gaditana de Barbate, con el narcotráfico de fondo. «El rodaje fue como reencontrarme con momentos de mi infancia, me removió todo», confiesa.

¿Esta es su vuelta definitiva a España?

Estaré yendo y viniendo a Estados Unidos porque tengo cosas pendientes, pero sí, después de catorce años, es mi vuelta definitiva para estar aquí con los míos. Hasta 'Perdóname Señor', no me había llegado un proyecto que me enamorase tanto. Fue un flechazo, pensé que tenía que hacer lo que fuera para interpretar a este personaje.

Un personaje que también está de regreso.

¡Así es! El primer día que llegamos a rodar a Barbate fue como reencontrarme con momentos de mi infancia, los veranos de mi niñez. Me removió todo. Aproveché ese 'feeling' que tenía para construir mi personaje. Ha sido un regreso grande en muchos sentidos (risas).

¿Se ve con más experiencia, con más poso?

Ojalá, eso espero (risas). Yo me veo igual, y con este estreno estoy tan nerviosa como si tuviera veinte años, no sé por qué.

¿La serie puede llegar a recordar a 'El Príncipe'?

Aunque tienen elementos comunes, no me parecen comparables. Es una serie que está hecha con mucha verdad, con mucho naturalismo, desde los escenarios hasta la forma de actuar. Estábamos realmente rodando una realidad de un pueblo con la propia gente de allí participando.

¿Sale bien parado el pueblo?

Claro que sí. El hecho de que haya garbanzos negros no quiere decir que todo el potaje esté podrido. Barbate es un pueblo que vive de la pesca, tiene unos escenarios preciosos. ¡Todo! Cierto es que hay un sector entre la gente joven sin trabajo que intenta vivir del narcotráfico, un elemento jugoso para una serie, pero que no deja de ser minoritario en la vida real.

¿Y eso de que una monja se meta en el narcotráfico?

Hay que ver la serie para entenderlo. Hemos construido una monja muy real, nada escandalosa o que pueda desagradar a los creyentes. Pero además de monja es una mujer, que también sufre y duda, y si tiene que sacar las uñas por los suyos, lo hará. Da igual que sea religiosa; ante el problemón que se le plantea, cualquier persona haría lo mismo.

¿Va a ser monja durante los ocho capítulos?

Sí (risas). Además de ser una persona con coraje, en sus mayores momentos de duda y tentación se aferrará a la fe. Aunque tendrá que hacer cosas que están fuera de la ley. Lucía es una monja contemplativa, pero tendrá que remangarse cuando vuelve a su pueblo.

¿La Paz que regresa también se tiene que remangar?

Yo siempre me he remangado, a mí no se me caen los anillos por nada. Afronto este periodo con muchas ganas de trabajar en mi idioma, en mi casa. En los últimos años, aunque vivía en Los Ángeles, siempre me han tocado rodajes a cientos de kilómetros, y es duro. Me gustaría dormir en mi casa lo máximo posible.

¿Qué le apetece hacer?

Buenas historias, buenos personajes. Me da igual si es cine, televisión o teatro, la única condición es hacer cosas que me motiven y me llenen.

¿Cómo ha visto el cambio en la ficción española?

La industria en cada país es diferente y tiene su nivel, pero la ficción española en este momento es increíble, en todos los canales. Eso nos pone las pilas y es bueno. La televisión ha dejado de ser la hermana pequeña del cine para convertirse en la mayor. Como actor, es un gustazo poder desarrollar un personaje durante varios capítulos, como pasa ahora.

Dar siempre más

¿Qué ha aprendido en Estados Unidos?

Siempre he sido muy exigente con mi trabajo, pero allí el nivel es muy alto; no vale el 100%, tienes que dar más. Eso me lo traigo. Y creo que todo el mundo debería estar en ese nivel profesional para conseguir que una serie funcione como una maquinaria perfecta, como allí. Me gusta y me pone, intento transmitírselo a mis compañeros. Si damos más, estaremos más arriba.

¿Le gustaría que sus hijos siguieran sus pasos?

Me encantaría porque esta es una profesión preciosa; creo que somos unos privilegiados, aunque a veces no haya trabajo. Una de mis hijas dice que quiere ser profesora de doma, le encantan los caballos (risas).

¿Ha vuelto a ver algún capítulo de '7 Vidas'?

A veces, cuando me da la morriña y me quiero reír, me pongo tomas falsas de la serie en YouTube, me da un buen subidón.

¿Qué ve en esa Paz?

Me veo con mucha frescura, muy espontánea y desvergonzada. Hay que ver qué loca, las cosas que podía hacer. Cuando te dan una oportunidad con 20 años lo das todo, a veces de forma bruta, pero tiene su encanto. Últimamente me dan solo papeles dramáticos y no me dejan explorar mi faceta pizpireta.

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