Milá: «No me voy a prejubilar»

La madre de Mercedes Milá tiene 88 años y estos días le ha preguntado si tiene que seguir con 'Gran Hermano'. Si no le pueden buscar otro programa. La periodista despejó ayer cualquier duda: «Tengo 63 años y no me voy a prejubilar». Así lo subrayó en la presentación de 'Gran Hermano 15' en la legendaria casa de Guadalix. «Las cosas están complicadas, y después de 15 ediciones es casi imposible mantener el nivel», advirtió la conductora, que pidió «paciencia» a sus jefes de Telecinco de cara al estreno del nuevo 'GH', un formato que, según ella, «nunca» ha «sufrido por las audiencias», aunque reconoció tener «miedo» de que llegue el momento en que se deje de ver «por tantas familias que viven de él». El programa está «en manos de la gente que lo quiere», dijo Milá en una suerte de venda antes de la herida. En su anterior edición llegó a los tres millones de personas en la final, con un promedio de 2.577.000 espectadores y el 18,4 % de cuota de pantalla.

La presentadora, parte del 'espíritu de Guadalix', aseguró que no es «imprescindible» y que no le importan las críticas. «Solo hago el programa por esas personas, y también por las 500 familias que viven de él, lo que es toda una responsabilidad». Tampoco contempla que 'Gran Hermano' acabe relegado a horarios fuera del 'prime time', como ha ocurrido en otros países en los que se sigue emitiendo tras quince años en antena. «Espero que no ocurra eso, porque una de la cosas que más me hacen sufrir son los horarios tardíos de 'Diario de'», explicó en alusión a su otro espacio de Cuatro en el que explota su vena más periodística.

Con el impulso optimista de la periodista y ese nivel brutal de energía que la acompaña, Telecinco presentó la nueva edición de 'GH', que sigue basado en mostrar la vida de los concursantes y someterlos al dictado de la audiencia, pero con algunas novedades. Comenzará mañana (Telecinco, 22.00 horas) y se desarrollará en dos galas semanales, la del jueves y la del domingo, en la que Jordi González volverá a ser el moderador. Habrá nominaciones y expulsiones, pero con toques distintos y sorpresas que se irán aclarando a partir del primer programa. Este año, el vestuario de Milá estará relacionado con la tecnología.

Santos, vírgenes y mascotas

La principal novedad consiste en que en esta decimoquinta edición no se concursa en solitario, sino en compañía. Lo abierto del término 'en compañía' ha permitido que a la selección se presenten 60.000 candidatos junto a sus padres, madres, hermanos, primos y amigos, pero también con perros, gatos, lagartos, vírgenes, santos e incluso instrumentos musicales, según detalló Jaime Guerra, productor ejecutivo y director general de Zeppelin España. La lista final de los elegidos -tienen entre 18 y 80 años- se confirmará en la gala de mañana noche en la propia casa de Guadalix, a las afueras de Madrid.

El 'hogar' de los concursantes también ha cambiado. Más bien, ha vuelto a los orígenes. Ya no habrá dos casas y un flujo de concursantes entre ellas, sino una sola -escrutada por 75 cámaras- que es «más amplia», con un gran jardín, un salón común y dos habitaciones que están inspiradas «en la naturaleza». Todo lo que allí dentro suceda quedará relatado por un robot espía con cámaras. Se llamará 'Superjump' y podrá moverse por toda la casa con libertad.