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El escritor griego Petros Márkaris.
«El dinero nunca es transparente», denuncia Petros Márkaris

«El dinero nunca es transparente», denuncia Petros Márkaris

«Partidos y políticos 'frankenstein' son el signo de los tiempos», dice el escritor griego

Miguel Lorenci

Miércoles, 26 de abril 2017, 00:19

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Tras un tetralogía dedicada a la crisis que mortificó a Grecia, el escritor Petros Márkaris (Estambul, 1937) quiso pasar página. ¿Y si el dinero comenzara a llegar a la economía griega?, se preguntó. En su cabeza comenzó a entonces a fraguarse una nueva novela, 'Offshore' (Tusquets), en la que su sabueso Kostas Jaritos sigue el rastro más oscuro del dinero sucio y la corrupción. Una pista que lleva a Panamá y otras paradisíacas cloacas fiscales en una ficción premonitoria que se adelantó al escándalo de los papeles panameños y en la que esboza Márkaris un nuevo tablero político. Un escenario con partidos y líderes 'frankenstein' que ocupan el espacio que unas formaciones tradicionales dejan con su derrumbe.

«Esos políticos 'frankenstein' son el signo de los tiempos», dice Márkaris horas después de la victoria parcial de Emmanuel Macron en Francia, símbolo de nuevo paradigma al frente de su amalgama '¡En Marcha!'. «La emergencia de estas formaciones y estos lideres tiene mucho que ver con el declive de los partidos antiguos, de esas formaciones históricas que se desmoronan y pierden su poder». «Macron no es de centro derecha ni de centro izquierda; se sitúa en un espacio intermedio. Es el hombre de la banca. Ni siquiera es político. Como él, nadie tiene hoy problemas en transitar de un extremo ideológico al otro según sus intereses», apunta Márkaris.

Su nueva novela se inicia con la victoria en las elecciones griegas de una tercera vía, «un partido inventado con políticos que han sido o son ejecutivos y que se construye como un puzle, con piezas de todo el espectro político». En medio de ese inquietante panorama aparece asesinado en su casa un alto funcionario del Ministerio de Turismo, atado a un silla y con un tiro en la cabeza. Es la punta del iceberg en una trama corrupta de tentáculos internacionales, una madeja de cuyo hilo tira Jaritos, que intuye una ejecución tras lo que aparenta ser un robo.

El motor del mundo

«Esta novela demuestra que el dinero no es transparente. Que nunca sabemos de dónde proviene, y que nadie conoce su origen. Y no hablo solo del dinero negro, que es un grandísimo problema y la explicación más fácil para la corrupción», dice Márkaris. «El dinero es la única fuerza que mueve el mundo, el verdadero gobernante en todas partes. Si la inversión llega a chorros a Grecia a Italia o a España, nadie preguntará por su origen y eso es un gigantesco problema», lamenta.

«Si creas un sistema en el que lo único que importa es el dinero, tampoco nadie te preguntará si es blanco o negro, aunque quizá el color natural del dinero sea el negro», asevera irónico el escritor. «Siempre ha habido corrupción, y en España sabéis mucho del asunto, pero las cosas empeoran cuando se crea un sistema y una sociedad que tienen al dinero como el único objetivo», dice. «Habrá en todo momento gente intentando conseguirlo de la forma más fácil, que es la corrupción», se queja Márkaris, que pone tras la pista del asesinato y la trama corrupta a su viejo comisario Jaritos, teniente de homicidios en Atenas, coleccionista de diccionarios que trabajó en su día para el régimen de los Coroneles y que se enfrentará a sus superiores yendo por libre.

Una semana después de entregar 'Offshore' a su editor estalló el escándalo de los papeles de Panamá. «Tú lo sabías, me dijo. Yo no tenía ni idea, pero si percibí la esencia de este sistema perverso que apostó por la austeridad», explica Márkaris. Lamenta hoy que aquel enorme revuelo sirviera de poco. «Cuando el escándalo se cobró piezas como el primer ministro de Islandia y forzó la renuncia de un David Cameron que quedó muy tocado, todo se olvidó. Hoy nadie habla ya de los papeles de Panamá». «La corrupción es tan vieja como el ser humano y la única forma de luchar contra ella es que lo hablemos a diario», propone.

Pesimista lúcido, coincide Márkaris con el alemán Heiner Müller al apreciar que que «el optimismo es fruto de la falta de información». «Creo que veremos al mundo moverse por el peor camino posible. Y Trump no es lo peor que nos puede pasar; es solo un síntoma, un aspecto más de una coyuntura terrible», diagnostica.

A juicio de Márkaris, Europa está «en una encrucijada histórica». «Su sistema político se desmorona. El modelo de los últimos 40 años esta en un momento crítico. Solo se habla de reformas, y cuando los alemanes hablan de reformas es que están hablando de dinero, obviando la verdadera necesidad de cambios del sistema político», denuncia. «No sé si volveré a escribir de la crisis. Nos guste o no, siempre estamos tratando con la crisis -admite-, pero es la primera vez desde la segunda guerra mundial en Europa que ha visto tanto pesimismo, tanta falta de confianza».

Cree que Grecia ha pasado hoy a un segundo plano, debido a los graves problemas de la UE como el 'brexit', la política de Trump o la crisis de los refugiados. «Cuando todo empezó, hacia finales de 2009, Grecia, Portugal, Irlanda y España aparecían como países intervenidos. Era un asunto de los países del sur de Europa. Ahora Grecia ya no es un tema de interés prioritario. Es un dolor de cabeza en una Europa con cáncer. Le han dicho 'haz lo que tengas que hacer y déjanos en paz'», concluye el autor de 'La muerte de Ulises' o 'Liquidación final'. Cree que la Syriza de Tsipras «dejó de ser ilusionante cuando firmó los memorandos y se vio que eran como todos y Varoufakis dejó la escena», dice la conciencia crítica de la Grecia actual.

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