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El economista Santiago Niño-Becerra.
Santiago Niño-Becerra: «No entiendo cómo los jóvenes en España no están en la calle pegando gritos»

Santiago Niño-Becerra: «No entiendo cómo los jóvenes en España no están en la calle pegando gritos»

El economista recopila en su nuevo libro, 'Mails', las dudas sobre la actual situación económica que le plantean sus lectores, las respuestas y las posibles soluciones

Daniel Roldán

Domingo, 23 de octubre 2016, 01:55

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Una Inglaterra, con Gales, que saldrá ganando a largo plazo; una Escocia independiente y acogida en el seno de la Unión Europea y una isla irlandesa unida. Esa es la apuesta de Santiago Niño-Becerra para el 'brexit' que se negociará a partir del próximo mes de marzo. Las consecuencias para la UE serán malas, según el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramon Llull. En España, puede afectar a uno de los sectores económicos más importantes, el turismo.

Dependerá de su capacidad de ingreso. Si se mantiene igual, continuarán viniendo; si no, buscarán destinos más baratos, explica Niño, que no ve con tanto optimismo la situación del sector de la hostelería en España. El turismo tiene un problema enorme porque el que llega a España es un turismo de muy bajo poder de gasto. En euros gastados por persona y día estamos igual que en 2003. Los turistas no gastan o gastan de una forma sostenida. El ingreso de verdad es por volumen no por cantidad, añade el profesor.

Niño-Becerra acaba de publicar 'Mails' (Los libros del lince) donde reúne las preguntas que le llegan a su web o al correo electrónico y sus propias contestaciones. Hay mucha preocupación, apunta. La falta de puestos de trabajo aglutina gran parte de las dudas. No entiendo cómo los jóvenes en España no están en la calle pegando gritos, teniendo en cuenta que el paro juvenil está en el 43%. No entiendo cómo habiendo tres millones de trabajadores que tienen una remuneración por debajo de los 300 euros no están en la calle gritando. Yo creo que se debe a que las revoluciones no están de moda, reflexiona el economista.

Hay más resignación que hartazgo. Cuanto más desempleo debería haber más protestas, comenta Niño-Becerra, que ve lejos un descenso sustancial del paro. Una tasa del desempleo del 10% es un sueño en estos momentos, afirma. Una cifra que en otros países como Francia consideran una aberración.

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