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El sociólogo y ensayista César Rendueles, autor de 'Capitalismo canalla'.
César Rendueles: «Quiero una nueva derecha libre de sociópatas»

César Rendueles: «Quiero una nueva derecha libre de sociópatas»

El sociólogo y ensayista subraya que las peticiones del 15M serían asumidas sin problemas por la democracia cristiana alemana de hace 50 años

Antonio Paniagua

Sábado, 24 de octubre 2015, 07:39

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El sociólogo César Rendueles ha afrontado un desafío inusual: explicar el origen y desarrollo del capitalismo y el trabajo asalariado a partir de obras que forman parte del acervo literario. 'Las aventuras de Robinson Crusoe', 'Moby Dick', 'Las uvas de la ira', 'El lazarillo de Tormes' o 'El corazón de las tinieblas' comparecen en su ensayo para analizar el lado oscuro de la mercantilización rampante. Este profesor de la Universidad Complutense, de ideología marxista, argumenta que casi todas las sociedades han conocido el comercio, pero siempre con un «peso muy limitado». «En general, para griegos y fenicios sólo había una distancia de grado entre saquear una aldea, obligar a sus habitantes a vender sus productos a precios fijos y el intercambio mutuamente beneficioso», escribe.

Dice usted que el 15M exponía demandas nada revolucionarias.

El 15M planteó que no somos mercancías en manos de banqueros ni políticos; pedía jubilaciones y empleos dignos, un programa político que en los años sesenta hubiera sido perfectamente compatible con las ideas de la democracia cristiana en Alemania. La izquierda, entonces, reivindicaba cosas mucho más contraculturales. El espectro político se ha desplazado mucho a la derecha.

Ahora se habla mucho de la nueva izquierda.

Discutimos mucho sobre la nueva izquierda, cuando en realidad debiéramos hacerlo sobre la necesidad de una nueva derecha. Quiero una derecha que no esté integrada por sociópatas, sino por políticos que defiendan sus ideas sin condenar a los ancianos a carecer de una pensión digna.

¿La derecha aceptaba hace 50 años una mayor equidad fiscal?

La aplicación de tasas impositivas por encima del 90% para gravar, por ejemplo, rentas superiores a los 200.000 dólares era algo completamente convencional en las propuestas de partidos tanto de izquierda como de derecha. Eso era lo normal. Plantear hoy eso te convertiría en un bolchevique enloquecido.

Los científicos sociales no han estado muy atinados a la hora de predecir revueltas.

Todos somos muy miopes con respecto a la realidad social. Quienes tomaron la Bastilla ignoraban que estaban protagonizando la Revolución Francesa con el asalto a una cárcel. Tal vez las cosas ya han cambiado y no nos hemos dado cuenta.

¿Recuperaría valores de la sociedades tradicionales frente a la mercantilización creciente?

No añoro las sociedades tradicionales, donde no era muy fácil ser mujer u homosexual. El problema del capitalismo estriba en que es incapaz de sacar partido a las posibilidades que él mismo crea. Se inventan máquinas prodigiosas que nos permitirían descansar, pero la dinámica productiva convierte esa ventaja en un horror que se llama desempleo. El hecho de que el motor del sistema sea la ganancia individual nos impide tomar decisiones colectivas que serían racionales.

Escándalos financieros

Pone a Robinson Crusoe como un ejemplo del enriquecimiento rápido.

Crusoe, para enriquecerse, se hace esclavista, un negocio que era el narcotráfico de la época. El personaje muestra el rostro bifronte del capitalismo: al lado de personas de orden concurren buscavidas. Esos señores tan serios de Volkswagen eran unos timadores. En todos los escándalos financieros, desde Enron a las 'subprime', pasando por Bankia, se repite ese esquema.

En 'Las uvas de la ira' hay una población depauperada. ¿La acumulación de capital necesita una mano de obra que pase por un estado de necesidad?

La depauperación no siempre se ha entendido bien, no es un fin en sí mismo. Lo que muestra esa novela es la proletarización del campesinado, que no es lo mismo. Pero el capitalismo sí que utiliza la depauperación para disciplinar a la gente que trabaja a cambio de un salario y que tiende a ser lo más bajo posible. Lo estamos viviendo ahora. Se usa un 'shock', que puede ser una crisis financiera, una catástrofe natural o un golpe de Estado, como una herramienta para que las masas trabajen a cambio de menos dinero y en peores condiciones.

Se habla mucho de los muertos provocados por el comunismo. Usted también lo hace de los del capitalismo.

Parece que los muertos del comunismo son responsabilidad directa de ese sistema económico -da igual que murieran por una enfermedad o ejecutados por la policía política-, mientras que los del capitalismo están perdidos poco menos que en las cunetas de la Historia. Hace unos días leí una estadística del investigador Göran Therborn que calculaba los muertos achacables al proceso de colectivización estalinista -que por supuesto hay que tener en cuenta con toda justicia-, y los que produjo la transición al capitalismo en Rusia entre 1989 y 1994, si no recuerdo mal. La restauración del capitalismo supuso un incremento repentino de la mortalidad. Lo curioso es que la tragedia de la colectivización de los años treinta y la privatización de los noventa son comparables. Hasta 1933 la tasa de mortalidad rusa aumentó un 49%, una cifra muy similar a la que se produjo con la vuelta a la economía de mercado.

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