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los dibujantes valencianos sacan los colores a los clásicos

Artistas de la Comunitat convierten 'La vida es sueño', de Calderón de la Barca, en viñetas, ilustran #'Los cinco', de Enid Blyton, y se atreven a poner imágenes a la vida de Simone de Beauvoir

Marta Ballester

Valencia

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Lunes, 14 de mayo 2018, 00:33

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Siempre han estado ahí. Escondidos bajo folios blancos con tinta negra que dan vida a sus letras. Pero como dice el crítico literario Alfonso Berardinelli, los clásicos de la literatura universal «no fueron escritos para ser estudiados y venerados, sino ante todo para ser leídos». Y en una época donde el blanco y negro ha sido derrocado por la dictadura de las imágenes, colores y formas, los ilustradores valencianos desenfundan sus lápices de colores para «devolver a la vida» a estos grandes autores y sus obras para así acercarlos a las nuevas generaciones de lectores. Se niegan a que «caigan en el olvido», porque «siempre se aprende y se aprenderá de ellos».

La alianza entre literatura e ilustración funciona. Mostrar o complementar lo que la mente imagina al leer de una manera muy visual es lo que predomina en esta era. A base de «perfilar» y «maquillar», los dibujantes vuelven a poner las historias de siempre en el foco de la actualidad.

Ilustración de 'Otra vuelta de tuerca'.
Ilustración de 'Otra vuelta de tuerca'. Ana Juan

Eran tan sólo unos niños aventureros cuando Enid Blyton presentó a 'Los cinco'. Julian, George, Dick, Anne y Timmy gozaron de gran popularidad desde los años 50 hasta bien entrados los 80. Ahora rondarían la edad de 40 y la ilustradora Laura Pérez les pone cara en el nuevo libro de la editorial Planeta'Los cinco superdetectives: Aquí no bebíamos cerveza de jengibre'. «Me pareció muy interesante la idea de plasmar a estos conocidos personajes en edad adulta. Cuando yo era pequeña mi casa estaba llena de estos libros», revela la artista a LAS PROVINCIAS. «Sentí mucha responsabilidad al tener que dibujar a los héroes de mis padres», confiesa.

Pérez reconoce que quería «sacar la mejor versión de ellos». Por un lado, buscaba mantener la esencia, la gama de colores, incluso el trazo, «para que resultase familiar y la gente los recordase», alega. Pero por el otro, quería darle «un toque nuevo y moderno a todo un clásico». Revisó cientos de portadas para sacar los ingredientes principales: «poses frontales, mismo esquema de composición, colores pasteles». A partir de ahí su estilo propio hizo el resto. «Le doy frescura», piensa Pérez. Y es que para ella la ilustración juega un papel importante en la «resurrección de personajes míticos». «Es un gancho para las nuevas generaciones que se guían por lo visual. Les hace revisar clásicos que merecen la pena ser recordados. Los dibujos les llevan a buenos contenidos», asegura.

Ilustración de 'Tirant lo Blanch'.
Ilustración de 'Tirant lo Blanch'. Paula Bonet

Ella está igual de orgullosa del «tándem» que hacen los clásicos con la ilustración que Mario Ceballos, encargado de colorear 'La vida es sueño' de Calderón de la Barca, un ilustre del Siglo de Oro por obras teatrales como esta. Junto al autor Ricardo Vilbor y el ilustrador Aberto Sanz ha puesto el «tono» y la «viveza» a las viñetas donde Segismundo, Basio o Rosaura volverán a enfrentarse a la libertad, el destino y la voluntad.

«No queríamos hacer una cosa lineal en el sentido cromático. La finalidad era que el color del cómic representase la atmósfera de los sentimientos para que se entendiese la fuerza del momento. Por ejemplo al principio todo es muy rojo porque estamos hablando del presagio», explica Ceballos. Un lenguaje similar al cinematográfico que buscaba ante todo «actualizar una obra clásica para que especialmente los jóvenes de hoy la puedan consumir más fácilmente que la pieza teatral de hace unos siglos», declara. Para Ceballos, recién salido de la universidad, ha sido todo un reto. Pero él mejor que nadie es testigo de como «los adolescentes huyen de estos clásicos», de hecho el miedo a estas reacciones les hizo desestimar la opción de citar a Calderón de la Barca en la portada. «Por ello se debe apostar por maquillarlos y adaptarlos a nuevos formatos más modernos», afirma.

Eso mismo han hecho otros ilustradores valencianos como Ana Juan y Paco Roca. «Crear unas ilustraciones que dieran una visión un tanto diferente que pudiera enriquecer o complementar el relato», explica Roca. A él siempre le gustó Kafka. Leyó 'La Metamorfosis' cuando era un crío y fue «un puñetazo directo en su cerebro» que aún retumba en su cabeza de lector. No dudó en ilustrarla y aportar su visión del relato.

Ilustración de 'La metamorfosis', obra de Kafka.
Ilustración de 'La metamorfosis', obra de Kafka. Paco Roca

Uno de los grandes miedos de los dibujantes es ilustrar obras tan conocidas que «ya todos tenemos una imagen de ellas en la mente». Intentan innovar dentro de la rigurosidad. «Ilustrando 'Otra vuelta de tuerca', de Henry James, una obra extremadamente versionada, sentía que tenía que huir de caer en lugares comunes y adentrarme en la esencia del texto. Si Henry James no había querido mostrar si los fantasmas existían o no en su obra no iba a ser yo quien lo hiciese», manifiesta Ana Juan. Ella resalta la complejidad de este trabajo, «hay que procurar no dar un mensaje equívoco pero hay que dejar espacio para la fantasía de los colores», apunta.

Personajes a color

En su momento, no existían las imágenes o eran en blanco y negro. A muchos personajes clásicos ficticios les han dado forma la imaginación de los lectores, y a otros más reales se les conoce más por sus letras que por su aspecto. Hay artistas que han decidido apartarlos de la oscuridad y sacarles los colores.

Paula Bonet ilustró a Tirant Lo Blanch como homenaje a la obra de Joanot Martorell

Es el caso de Mar Hernández conocida como Malota que, de la mano de la escritora Carmen G. de la Cueva, ha ilustrado la biografía de Simone de Beauvoir, titulada 'Un paseo por la vida de Simone de Beauvoir', de la editorial Lumen. «Saber más de esta escritora francesa me ha servido para conocerme más a mi misma y para conocer mejor el papel que ha tenido la mujer a lo largo de la historia. También me he dado cuenta de lo necesarias que son mujeres valientes como Simone que fueron muy criticadas por algunos de sus trabajos, los cuales terminaron consolidándose, con el tiempo, como libros clave para la evolución del feminismo y la lucha por la igualdad», argumenta.

Paula Bonet se decantó más por un clásico personaje de ficción valenciano: Tirant lo Blanch, protagonista de la novela de caballerías que escribió Joanot Martorell. La castellonense confesó en la presentación del libro, junto al guionista Josep Vicent Miralles, que «el Tirant es una obra que no debemos dejar de reivindicar por la fuerza que contiene, por cómo mezcla batalla, amor, deseo e historia». Ella ha aportado su granito de arena trayéndolo a la actualidad con sus ilustraciones. Una especie de «homenaje» para que las nuevas generaciones tengan en mente a los clásicos.

Este fue, también, el propósito de Cristina Durán y su cómic sobre la vida de Blasco Ibáñez. «Este tipo de trabajos donde prima la documentación me apasionan», confiesa la dibujante. «He descubierto a un Blasco mucho más polifacético de lo que me imaginaba y he querido plasmarlo con dibujos concisos pero muy concretos, sobre él y aquella Valencia de sus tiempo», explica. «Ha sido una ardua faena porque por ejemplo del color no teníamos apenas referencias», apunta. Dibujos para recordar y revivir a unos clásicos que «deben perdurar en cualquier formato de generación en generación», concluye.

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