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Paraíso. En su homenaje a Asturias, el modisto valenciano lleva a sus particulares Adán y Eva al campo. :: fp
Los valencianos abren  la pasarela madrileña

Los valencianos abren la pasarela madrileña

Francis Montesinos y Juan Vidal presentan sus propuestas en la primera jornada de los desfiles

G. SALGADO/AGENCIAS

Sábado, 18 de febrero 2017, 00:29

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madrid. Francis Montesinos y Juan Vidal. Juan Vidal y Francis Montesinos. La moda de los dos modistos de la Comunitat fue ayer la protagonista de la pasarela madrileña. Ambos diseñadores, antagónicos entre sí, mostraron dos colecciones muy distintas. La frescura y el buen hacer del alicantino Juan Vidal fue el encargados de abrir la primera jornada del calendario oficial de la 65 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Una mujer fuerte y especial 'Marie', inspiró al modisto, una fémina en la que convergen todas las mujeres a las que ha vestido, con trozos de 'patchwork' como hilo conductor de una colección muy folk. Los pedazos de tela cuajados de maxi flecos, dan un aire lánguido a la colección más oscura del joven diseñador.

Vidal vuelve a trabajar el punto, que tan bien le ha funcionado anteriormente, y enamora con una maravillosa falda negra de croché repleta de plumas.

Además, este diseñador, que se encuentra entre los favoritos de la Reina Letizia, inundó la pasarela una serie de vestidos lenceros, junto a otras piezas más abrigadas en tonos dorados y ocres con influencias art decó.

El modisto valenciano, por su parte, transformó la pasarela en el impresionante paraíso de Adán y Eva. Los paisajes asturianos le han servido de inspiración a Francis Montesinos, quien propone abrigos sueltos, gabardinas, cazadoras, faldas y pantalones en versión 'casual', una estética ideada para el campo que invita a lucir prendas superpuestas.

Para la vida más urbana, mostró gasas estampadas, lanas naturales y motivos alusivos a las vacas. «He disfrutado con el 'print' vacuno», dijo el diseñador, que para la noche reserva la organza, la seda y el terciopelo coloreada en verde, morado, arena y azul noche. El diseñador triunfó con una línea más marcada y menos caos estético que en otras temporadas.

La magia de las dos propuestas valencianas en Madrid se rompió con la fiesta de Agatha Ruiz de la Prada. Los elementos indispensables de un guateque que se precie -regalos, confeti, serpentinas, caramelos, donuts, magdalenas- toman forma a base de siluetas 'oversize'. La tarta de tul cerró un desfile muy comestible que no se salió del esquema de la firma.

Maya Hansen recuperó el estilo lencero de sus inicios de la mano del constructivismo ruso. Una apuesta por la arquitectura en un patronaje en el que destaca el corte a láser y los trampantojos estampados en corsés, bodys y vestidos en negro, beis, rosa palo y dorado. Un '50 sombras de Grey' actualizado. Hansen compartió pasarela con María Escoté, que dio un giro radical a su estilo, sorprendiendo gratamente. El 'chonismo' dejó paso a una propuesta setentera muy pop, tanto en la paleta cromática como en las siluetas. Por primera vez, Escoté subió a la pasarela trajes de chaqueta, «una pieza que me apetecía trabajar», contó la diseñadora que reconoce que «se trata de una colección con un punto masculino, quería borrar el género». Un espectáculo psicodélico digno de elogio.

La jornada vespertina comenzó con Ángel Schlesser. El diseñador, sumido en una batalla legal con los socios mayoritarios de la firma, no acudió al desfile de septiembre, pero decidió asistir al de ayer, sentándose en la tercera fila de la grada de prensa. Algunos de los 'looks' parecían firmados por el propio Ángel, mientras que otros no llegaban al nivel que tenía antaño la firma. Bien es verdad que cada prenda, entre las que había maravillas, se escudriña al detalle en este caso. Después llegó Devota & Lomba, fusionando a hombres y mujeres en una colección sastre, marca de la casa desde sus orígenes, retomada después de 30 años. Destacaron las chaquetas clásicas con diferentes largos y cinturones colocados a modo de batín. «Me apetecía oxigenarme, estaba un poco aburrido del origami, aunque la estética japonesa está presente», explicaba antes del desfile Modesto Lomba, quien hizo un guiño a los kimonos orientales.

Una primera jornada llena de magníficas sorpresas que cerró Ion Fiz. El vasco lo hizo por todo lo alto con motivo de su 15 aniversario, con un repaso a su cuidada estética, muy femenina y atemporal.

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