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Cuando las viñetas son tierra firme

Cuando las viñetas son tierra firme

Los personajes de la novela combaten la nostalgia del pasado y plantan cara al miedo al futuro

Carmen Velasco

Sábado, 4 de febrero 2017, 21:38

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Visitar el pasado, echar la vista atrás y recuperar vivencias y personas es tan humano como respirar. No es cuestión de ponerse nostálgicos o sí, no es cuestión de sentir dudas respecto al futuro o sí, no es cuestión de aparcar los sueños o sí, no es cuestión de varar por la vida como náufragos o sí. Sobre todos estos temas gira la novela gráfica de Laura Pérez y Pablo Monforte, pero 'Náufragos' (Salamandra Graphic) es más que la confrontación del pasado y el presente de Alejandra y Julio. Es mucho más. Es la demostración de la poética que destilan las viñetas, tanto a la hora de reflejar vidas sin hoja de ruta cierta (como sucede a una inmensa minoría de mortales), como cuando se trata de homenajear a la literatura.

Una persona puede estar perdida y varar hacia los clásicos, como 'El viejo y el mar', de Hemingway; 'Moby Dick', de Herman Melville; o 'Noches blancas', de Fiódor Dostoyeski. La soledad no sólo se cura leyendo, sino también escribiendo. ¿Y se puede enamorar una persona de lo que escribe una tercera? En 'Náufragos' está la respuesta. Otra cosa es cómo acaba ese amor que nace con los fanzines ( 'El jardín metálico', en la novela de Pérez y Monforte). También en 'Náufragos' está la respuesta.

Además del tributo a la cultura impresa, que se aprecia en la presencia de bibliotecas y librerías en la vida de los protagonistas, 'Náufragos' tiene una profunda carga emocional. Sin cursilerías. La novela gráfica refleja cómo todas las personas, en algún momento o circunstancia, se sienten perdidos, desorientados, sin brújula y en tierra de nadie. Cualquier ser humano puede sentir que vara cuando cambia de ciudad, cuando pierde a su madre, cuando sus planes no coinciden con los de la persona que ama, etcétera.

En la relación de Alejandra y Julio, en dos tiempos (pasado y presente), se aborda también el temor al futuro y «el miedo a ser derrotado». Ante la incertidumbre, el recurso fácil es engañarse a uno mismo. La novela, que recibió el premio IX Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic, demuestra que de la nostalgia se sale (Alejandra admite a Julio que ahora ellos «dos desconocidos con un trozo de pasado en común) en una apuesta clara a ser dueña de la narrativa de su vida. «Mi náufrago se alimenta de esperanza», dice uno de los protagonistas.

'Náufragos', donde el mar de Barcelona y Valencia tiene un significado especial en la historia, es tierra firme. Representa una buena isla para que los lectores queden varados entre sus páginas, una especie de salvavidas en forma de viñetas para sobrellevar el tedio.

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