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El regidor Juan Carlos Fernández, mostrando el traje de las Dynamos con Swarovski. :: j. monzo
ABBA también suena entre bambalinas de Valencia

ABBA también suena entre bambalinas de Valencia

Regidores, sastres, maquilladores y técnicos protagonizan su propio musical en el 'backstage' de 'Mamma Mia'

MARTA BALLESTER

Jueves, 20 de octubre 2016, 11:06

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Si más de 54 millones de espectadores de todo el mundo lo han visto será por algo. Dieciséis años en cartel ininterrumpidamente y 440 ciudades visitadas. Un fenómeno a nivel mundial. Así es 'Mamma Mia', el musical basado en las canciones de ABBA, que por tercera vez se representa en Valencia. La última cita fue en el año 2011 en el Palacio de Congresos. Hoy, llega al Teatro Principal con el show actualizado y protagonizado por su estrella, Nina, y dos nuevas incorporaciones, Olga Hueso y Eva Diego, que dan vida a las amigas de Donna.

Pero, ¿qué hay detrás de 'Mamma Mia'? Otro espectáculo perfectamente coreografiado y cantado, pero entre bambalinas, fuera del alcance del espectador. Allí se encuentran 52 personas, entre técnicos, regidores, sastres, maquilladores, peluqueros y utilleros, que preparan y ensayan su propio musical paralelo a la función.

La voz cantante la llevan los regidores María Laporta y Juan Carlos Fernández, que dan órdenes «a diestro y siniestro». Todo el resto también tiene su papel y en un momento u otro saltan a la acción. Los técnicos, salen al escenario caracterizados y maquillados para modificar el escenario hasta en 17 ocasiones mientras que los sastres, en la sombra, cambian el vestuario de cada uno de los 28 actores hasta en 5 ocasiones siguiendo los movimientos practicados y cronometrados en 35 segundos.

Así lo confiesa el propio Fernández un día antes del estreno, «todos los que trabajamos en el 'backstage' tenemos unos pasos pautados, porque los segundos están contados y la iluminación, los cambios de escenografía y de vestuario deben ir coordinados con la música y las interpretaciones».

Nada se deja al azar ni delante ni detrás. Un equipo total de 80 personas ha tenido tres días para adaptar el teatro al espectáculo. Se ha contado con el tiempo justo, poner un «falso suelo» debido a la inclinación que sufre el escenario del Principal no ha sido fácil. Pero el día ha llegado. Por la mañana realizar un ensayo del musical entre bambalinas sin actores, después comprobar el funcionamiento de la escenografía, que es la misma que se ve en Londres, París o Shanghái, y por último, preparar los 305 trajes, algunos como el de las Dynamos, diseñados a medidas y decorados con cristales de Swarovski valorados en 6.000 euros.

«Son muchos años montando el mismo espectáculo pero cada teatro es un mundo y los actores y todo el equipo necesitamos ensayos para refrescar y añadir guiños nuevos, como chistes locales, para no caer en la monotonía», explica Fernández. «Estamos preparados para darlo todo hasta el 20 de noviembre en Valencia», concluye.

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