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La escritora Eva García Sáenz de Urturi, en Valencia. :: damián torres
«Los lectores son mi patrimonio»

«Los lectores son mi patrimonio»

La escritora Eva García Sáenz de Urturi dedica su última novela a Vitoria, ciudad en la que nació, aunque ha desarrollado su labor literaria en Alicante, donde vive desde los 15 años

MIKEL LABASTIDA

Domingo, 18 de septiembre 2016, 23:48

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Nació en Vitoria en 1972, pero vive en Alicante desde los quince años. Ha encontrado la perfecta armonía entre ambos territorios. Se diplomó en Óptica y Optometría y posteriormente desarrolló su carrera profesional ocupando una plaza de titular en la Universidad de Alicante. En 2012 irrumpe en el mundo de la literatura con su novela 'La saga de los longevos', un fenómeno de ventas y crítica que ha sido publicado con gran éxito en Estados Unidos o Gran Bretaña. Su última obra es 'El silencio de la ciudad blanca'.

¿Tenía pendiente una novela sobre su ciudad de origen, Vitoria?

Sí, es un homenaje. En el fondo la novela negra era una excusa, lo mismo que si hubiese escrito novela histórica. Al final cuando escribes unas cuantas novelas acaba saliendo el tema del escritor, de lo que siempre hablas. Yo, tanto en 'La saga de los longevos' como en 'Pasaje a Tahití' como en esta, he hablado de familias, de relaciones entre un abuelo y un nieto adulto, entre hermanos... Esos son los temas que me acaban saliendo.

¿Inspira su ciudad natal para cometer crímenes?

Para cometerlos no sé. Para escribir sobre ellos, sí. Esas cuestas, esas calles adoquinadas son un marco perfecto. Y el hecho de que el clima sea tan extremo influye mucho en la psicología de los habitantes de esa ciudad.

Ken Follet la descubrió antes...

La labor de promoción que hace un autor tan leído es tan grande que entiendo que le hayan hecho una estatua. Con mi novela se han volcado mucho también y me parece genial que sirva para promover el turismo cultural.

Con 15 años llegó a Alicante. ¿Hay mucha diferencia entre vivir en una ciudad y en otra?

Sí. Es muy diferente pese a que son ciudades de tamaño muy similar. El norte y la Comunidad Valenciana son muy distintas. Alicante está muy acostumbrada al turismo y eso implica un «vive y deja vivir». La sociedad alicantina es mucho más abierta en todos los aspectos que la del País Vasco, donde, por ejemplo, la iglesia tiene un papel más influyente. Vitoria es más costumbrista, la familia y el qué dirán pesan más, para bien y para mal.

Cambió de ciudad, cambió de profesión...

Estuve diez años trabajando en Óptica y mientras me fui preparando las oposiciones durante tres años. No fue un cambio brusco. Nunca lo son en lo profesional. No te levantas un día y dices voy a ser funcionaria o escritora. Conseguí una plaza en la Universidad y por las noches comencé a escribir.

Pero a usted previamente ya le había interesado la literatura.

Sí, tiene mucho que ver con la educación que he recibido. Mi padre además de abogado era escritor y mi hermano ha ganado varios premios literarios. Mi casa parecía una gran biblioteca. No nos planteábamos si éramos lectores o escritores. He escrito todos los días de mi vida desde los 14 años. Mientras era óptico hice cursos. Me fui formando, pero nunca me planteé ser escritor, porque era algo muy intrínseco.

Logró un gran éxito en Amazon, la primera novela que le publicaron fue la de tirada más grande para una escritora novel. Ha ido marcando hitos.

Desde 2012 no he parado, he ido subiendo peldaños. Primero en España, luego en Europa. En Estados Unidos el éxito de la novela 'Los hijos de Adán' es enorme... Yo intento siempre ser muy profesional en lo que hago y además trabajo mucho en redes para mantener el contacto con mis lectores. Los lectores son mi patrimonio y no los olvido.

Este libro representa su debut en el género negro tras haber escrito hasta ahora novela histórica.

Como escritor eres lo que lees. Estaba saturada de la novela histórica, cada vez leía más novela negra y al final la trama que se me ocurrió era de este género.

¿Ha evitado conscientemente recrearse en lo escabroso?

No quería hacerlo. Para documentarme acudí a una Academia de Policía e hice varios cursos y ahí me di cuenta de lo que no quería escribir. No quería un libro que horrorizase al lector, ni meter torturas ni sangre. Mi novela negra es muy limpia y lo importante es el procedimiento, descubrir a los sospechosos. Quería una novela en parte juego.

Se ha volcado más en el retrato de los personajes.

Siempre me acaba pasando, ese interés por los personajes. Me interesaba más transmitir cómo eran el inspector Kraken o Germán...

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