Un vídeo para comérselo

Esfuerzo, generosidad, nobleza y saber hacer. Estos son los cimientos del trabajo de Martín Berasategui (San Sebastián, 1960), un hombre sencillo, un gran cocinero con siete estrellas Michelín que ha querido mostrar al mundo los entresijos de su trabajo a través de la tecnología más de vanguardia. Berasategui es el primer cocinero español que muestra en realidad virtual ese espacio casi alquímico que es la cocina de su restaurante de Lasarte. Rodeados de una naturaleza privilegiada, en estos 350 metros cuadrados de cocina se produce cada día la trasmutación de una materia prima de altísima calidad en una obra de arte gastronómico.

El vídeo, de tres minutos de duración, muestra el exterior, la sala, la bodega y la cocina del restaurante. Se ha grabado en 360 grados por la productora audiovisual Futura, especializada en Realidad Virtual (VR), en coproducción con la agencia de comunicación KBO Gourmand. Esta tecnología permite disfrutar de una realidad paralela con la ayuda de las gafas especiales que pueden ser utilizadas simplemente con un teléfono móvil. Así, el espectador se verá inmerso en el fragor de la batalla cotidiana de uno de los mejores restaurantes del mundo, los movimientos perfectamente coordinados de los cocineros, la espectacularidad de la inmensa cocina y el disfrute, por desgracia solo visual, de unos platos que son piezas tan efímeras como perfectas.

Dignas son también de resaltar las dos bodegas, a temperaturas distintas, que se pueden visitar virtualmente en el vídeo: una para champanes y vinos blancos, a siete grados, y otra para tintos, a quince, que suman más de 15.000 referencias de caldos tanto españoles como internacionales.

La casa madre de Berasategui ha sido la elegida para esta grabación, el lugar donde comenzó un viaje iniciático que le ha llevado a ser uno de los cocineros más prestigiosos del mundo. «Un restaurante», afirma Berasategui al comienzo del vídeo, «es un montón de pequeños detalles y la suma de todos ellos te hace hacer un gran restaurante». La sobriedad en la decoración, la perfecta sincronización del personal, tanto en sala como en cocina, y, sobre todo, la juventud, la pasión y la creatividad de sus cocineros son marcas de la casa.

Es un proyecto que lleva a cabo, según sus propias palabras, «para no quedarse atrás», para mantener el mismo espíritu innovador con el que comenzó. Este hombre, hecho a sí mismo en los fogones familiares de Lasarte, sigue, a pesar de su gran éxito internacional, regentando este primer restaurante de su juventud junto a su esposa Oneka y su hija Ane. Confiesa que nunca termina su trabajo antes de la una de la mañana y que a las siete ya está de nuevo en pie. Hombres como Berasategui han hecho posible con su esfuerzo, su tesón y su entusiasmo que un trabajo tan duro haya adquirido un prestigio y un glamour impensable hace unos años.