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La obra de Segrelles 'Los avariciosos. La Divina Comedia', realizada en 1928. :: lp
Alfons el Magnànim recupera la etapa en  Nueva York de Segrelles

Alfons el Magnànim recupera la etapa en Nueva York de Segrelles

Un libro plasma la estancia del pintor valenciano en la ciudad estadounidense de 1929 a 1932

REDACCIÓN

Sábado, 28 de mayo 2016, 00:00

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valencia. La institución dependiente de la Diputación Alfons el Magnànim ha publicado 'Segrelles. Un pintor valenciano en Nueva York', a cargo de Mireia Ferrer Álvarez. Aborda la estancia del artista en la capital de los rascacielos entre 1929 y 1932, cuando estuvo en contacto con el jazz, el boxeo, el crack del 29, el cine o la ley seca. «Será una relación de cuatro años de amor y odio en la que el artista se dejará seducir por los escenarios de la ciudad alcanzando sus mayores cotas de fama internacional. Una aventura rota abruptamente cuando el artista ambicionaba mayores metas artísticas y había comenzado a formar parte de esa heterogénea masa social que conformaba la ciudad», asegura la introducción del volumen, que está dividido en cinco capítulos: 'Preparando la partida', 'El viaje', 'La llegada a Nueva York (1929-1930)', 'Nueva York (1930-1931)' y 'Nueva York (1931-1932)'.

Asegura el volumen que el periplo artístico de Segrelles en Nueva York se configura como un excelente objeto de análisis para aproximarnos a fenómenos históricos-artísticos. Una buena nómina de autores acometieron el viaje artístico neoyorquino a finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX.

La ilustración, tarea a la que Segrelles consagra su dedicación en la ciudad estadounidense, a pesar de sus reticencias por no abandonar la pintura, evidencia un dilema que muchos artistas vivieron en la época. Este libro descubre, junto a Segrelles, otros personajes históricos que forman parte de la red relacional del pintor, tales como la pianista Claire Svecensky, la cantante de ópera valenciana Lucrezia Bori o los pintores Charles Dana Gibson y Howards Chandler Christy, entre otros.

«Como un cuadro dentro de un cuadro esta es la historia neoyorquina de José Segrelles, el pintor de lienzos, el ilustrador de libros, el dibujante, el acuarelista, el cartelista, el creador de escenarios fantásticos, el narrador de sueños, el explorador de nuevos mundos, el mago de los azules cobalto, el aventurero, el soñador», dice la introducción del libro.

La historia parte de 1926 cuando el autor está consagrado en el ámbito nacional pero vislumbra sus horizontes más lejos. Desde hacía tiempo algunos de sus allegados le habían instado a traspasar fronteras y abrirse camino en los grandes centros de arte en París, Inglaterra o Alemania. La decisión de marchar a Nueva York llegará más tarde. Tras volver de EE. UU. se estableció definitivamente en Albaida donde impulsó su casa-museo que aún hoy expone la colección más importante de sus obras.

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