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Un toro en la dehesa con ganas de pelea.
Miel y azúcar para las cornadas

Miel y azúcar para las cornadas

Los remedios naturales son los grandes aliados de la ciencia veterinaria

JOSÉ LUIS BENLLOCH

Domingo, 22 de noviembre 2015, 00:16

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Además de recuperar su prestigio alimenticio en tiempos de tanta preocupación por las dietas sanas, la miel se ha reivindicado últimamente como uno de los elementos curativos naturales más importantes. En la ganadería brava, en la que se ha incorporado de manera tan eficaz las atenciones veterinarias, la utilización de la miel para sanar heridas sigue siendo un elemento importantísimo con el beneplácito de los facultativos que la utilizan como complemento de los antibióticos.

Honorio Carceller, veterinario de toros de lidia de gran experiencia, aseguraba recientemente en 'Aplausos' que la utiliza para evitar infecciones en los procesos de curación de los toros indultados: «Es un método tradicional que utilizado junto con los antibióticos, es lo mejor para curar al toro. La miel impide que las bacterias se multipliquen y mantiene la herida hidratada para que no se cierre la superficie ya que lo que se pretende es que la herida cicatrice de abajo hacia arriba. Si por mala suerte se cierra la superficie y no se ha curado la herida, se crea un tapón que hace que se mantenga la infección provocando fiebre y que el toro no coma, llegando en ocasiones a provocar su muerte. Con la miel rellenamos todos los puyazos y las heridas por completo». Con ese método ha logrado recuperar rápidamente la mayoría de toros que fueron indultados en las plazas. Un método semejante es el utilizado por otro reputado experto en ganado bravo, José Luis Algora, sólo que en lugar de miel utiliza azúcar moreno.

Peleas en el campo

Pero no es el ruedo el único lugar donde los toros resultan heridos, en el campo las peleas entre ellos son frecuentes y los destrozos que se provocan mayores que los de una puya en la plaza. En esos casos si no llega la mano sanadora del veterinario, en muchas ocasiones el toro herido, también humillado por la derrota, se embosca en las zonas más alejadas de la vista del hombre y es difícil de localizar, son ellos mismos quienes encuentran remedio natural en la llamada paletosa. Se trata de una planta con grandes propiedades antiinflamatorias y coagulantes que provoca con frecuencia efectos espectaculares. El instinto de los animales les hace distinguirla y se rozan con ella hasta lograr sus efectos curativos. Los hombres de campo que conocen de sus virtudes también aprovechan sus efectos, en este caso la hierven y con el agua resultante limpian las heridas.

Los ganaderos le tienen mucho que agradecer a la paletosa, porque entre el bravo, sobre todo entre los toros de saca, los que por edad y fortaleza están preparados para ser lidiados en la plaza, las peleas son frecuentes y durísimas. Su relación dentro de la manada está muy jerarquizada, siempre manda el más fuerte y esa condición cambia con frecuencia, lo que invita a los aspirantes a constantes desafíos. Son peleas extremas que provocan grandes cornadas. Las de más fácil curación son las que se infringen en los cuadriles -cuartos traseros- y tienen una trayectoria de abajo a arriba, que habitualmente reciben estando en pie. El motivo de su pronta recuperación es fácil de entender, drenan por sí solas al contrario que las que reciben en el vientre o las que tienen el orificio de entrada en la parte superior, que se suelen complicar.

La paletosa es frecuente en el campo onubense -es donde más he oído hablar de ella-, crece incluso a la vera de los caminos pero no es la única planta con propiedades curativas: la argamula goza también de gran predicamento como solución natural.

Otro remedio alejado de los laboratorios y recomendado por Carceller es la tranquilidad, por eso el toro se embosca cuando le hieren en el campo y por eso mismo es muy conveniente que el toro indultado en la plaza siempre vuelva al corral donde ha estado los días previos a la lidia. De esa manera el entorno no le será extraño y será más fácil que beba agua y se rehidrate lo que le ayudará a paliar la fatiga muscular. «Comer y beber será lo que verdaderamente le sane». Finalmente se recomienda no ponerlo con los bueyes para evitar algún tipo de enfrentamiento. «Lo mejor es dejarlo con animales de menor edad para que él se sienta fuerte y tranquilo», subraya.

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