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N. CAMACHO
Domingo, 28 de junio 2015, 00:23
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El pintor valenciano Pepe Biot, Premio de las Artes Plásticas de la Generalitat Valenciana en 2006, falleció ayer en Valencia a los 70 años. El artista había nacido en la localidad de Meliana en el año 1945 aunque residía en Vila-real desde hacía décadas. Fue desde este municipio castellonense desde donde se recibieron importantes condolencias por la significativa pérdida de un pintor que aseguraba que «me siento mejor con la ropa de pintar que con la corbata».
Biot fue pintor y maestro. Rehuía de la palabra artista. Y, sobre todo, era un hombre generoso. Cuando en 2006 fue reconocido con el Premio de las Artes Plásticas de la Generalitat aseguró que era un galardón «a la perseverancia». Además, se lo dedicó a «los donantes de órganos y sus familiares porque sin ellos no hubiera podido recibirlo» ya que se le había realizado un trasplante de riñón tiempo atrás. Desde ese momento, siempre insistió en destacar la labor de los médicos y los donantes para salvar vidas. El reconocimiento también quiso compartirlo con todas aquellas personas, que desde «la sombra trabajan por mejorar el arte y por defender un concepto de vida, como es la del artista». Para él, el Premio a las Artes Plásticas era «la culminación a una vida de trabajo». Porque esta fue la palabra que mejor describía su producción artística. Humilde y muy reconocido en la Comunitat, se declaraba un trabajador incansable.
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, desde 1975 había sido profesor de dibujo y pintura en diversas escuelas y talleres de arte. En su larga trayectoria, realizó numerosas exposiciones individuales, entre las que destacan las exhibidas en el Centre Municipal de Cultura La Mercé de Burriana; El Saló Oval de Nules; el Institut Municipal de Cultura de Meliana; el Palacio de Pimentel en Valladolid, o la retrospectiva que el Museu de Belles Arts de Castellón le brindó en 2006, que pudo ser vista en Valencia y Alicante. Ese mismo año, las Atarazanas de Valencia acogió una retrospectiva de sus últimos treinta años de creación en la que se exhibieron 66 obras. Como dinamizador cultural, también había sido responsable de la coordinación de varias exposiciones y ponente en muchos encuentros.
La naturaleza y el paisaje eran sus señas de identidad creativas. Las últimas piezas que pintó hacen referencia a árboles, piedras y otros elementos naturales propios de los paisajes mediterráneos. Para muchos estudiosos, logró con su arte logrado un lenguaje pictórico universal, inspirado siempre en la naturaleza.
En una entrevista, el creador hablaba de sus inicios, marcados por sus vivencias personales. «La verdad es que empecé muy joven, con 13 años, en la escuela de Artes y Oficios de Valencia; y luego pase a la escuela de Bellas Artes. Siempre me había gustado pintar y dibujar, era lo que quería aprender. Después tuve una época de viajar mucho, estuve por Europa y Sudamérica, lo que me aportó experiencias humanas. Es necesario tener unas vivencias, para mí la más importante fue mi estancia durante siete años en Canarias, en los años setenta», afirmaba en el año 2009.
Asimismo, era un defensor de la cultura y, pese a que expuso en numerosas instituciones de fuera de la Comunitat, siempre defendió la región como el lugar donde le gustaba presentar sus obras. «Es importante exponer en grandes ciudades y en museos prestigiosos pero en nuestra casa también debemos mostrar nuestras creaciones», manifestó el pintor.
El exconseller Alejandro Font de Mora fue alumno suyo y recordaba como, en su primer año de estudiante le preguntó: «¿Tu vienes aquí a aprender o a pasar el rato?». Font de Mora le respondió: «A aprender». A partir de ahí, nació una relación de amistad.
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