Nuevos análisis de los restos de Neruda hallan una bacteria infecciosa

Un nuevo análisis de los restos del poeta y Premio Nobel chileno Pablo Neruda ha hallado la presencia masiva de una bacteria infecciosa, que no obstante, no permite determinar si el literato fue envenenado por la dictadura de Augusto Pinochet, según informa este jueves el Poder Judicial.

El análisis ha sido realizado por expertos forenses de la Universidad de Murcia, en España, y permite "detectar la presencia de tres tipos de proteínas en los restos del vate", que murió días después del golpe de Estado que derrocó al socialista Salvador Allende e instaló la dictadura de Pinochet, en septiembre de 1973.

Los dos primeros grupos de proteínas estarían relacionadas con el cáncer de próstata avanzado que sufría el poeta, mencionado hasta ahora como la causa oficial de su muerte, ocurrida mientras se hallaba internado en una clínica de Santiago, con planes de viajar hasta México para comandar desde allí la oposición a Pinochet.

Pero del tercer grupo de proteínas bacterianas "resulta muy difícil establecer o excluir la presencia de un proceso infeccioso agudo en las últimas horas de vida del poeta", afirma un comunicado oficial del Poder Judicial chileno, sobre las investigaciones, que tienen un carácter "reservado".

Prudencia

El informe oficial advierte, no obstante, que el "análisis de datos requiere de dosis oportunas de prudencia, para evitar conclusiones aventuradas en ausencia de informaciones adicionales de las que en este momento carecemos".

Los restos de Neruda fueron sometidos ya a otras análisis químicos que determinaron que su muerte estuvo vinculada al cáncer de próstata que sufría y para extraer conclusiones, faltan aún los resultados de otros análisis genéticos. La investigación por la muerte de Neruda se abrió en 2011, tras las declaraciones del que fue su chofer, en las que aseguraba que mientras se hallaba internado, el poeta recibió una inyección que a las pocas horas le provocó la muerte. Las dudas se acrecentaron al comprobarse que la dictadura de Pinochet desarrolló desde sus comienzos agentes químicos para el exterminio de opositores.