El teatro El Musical cierra hoy dos años de desencuentros con la salida de Moreno

'Peter Pan on ice' fue el primer espectáculo que acogió el Teatre El Musical (TEM) el 11 de abril de 2013, bajo la gestión de Crystal Forest, firma de José Luis Moreno. Fríos como el hielo se quedaron las compañías valencianas cuando conocieron que el Ayuntamiento había adjudicado a la empresa vinculada al productor televisivo la explotación durante cuatro años del auditorio del Cabanyal-Canyameral. El Consistorio justificó su decisión: Moreno pujó con la programación más variada y la más económica (las arcas municipales abonarían 378.840 euros al año). Moreno mostró su voluntad de contar con la escena local y nada más firmar el contrato con el Consistorio se reunió con las compañías valencianas.

El pasado 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, el TEM ofreció el último espectáculo bajo el mandato del empresario madrileño, 'Venidos a menos', una comedia protagonizada por David Ordinas y Pablo Puyol. El título resulta revelador e incluso define la evolución del TEM desde que la gestión recayera en Crystal Forest. Un ejemplo: Moreno se va sin agotar todo el contrato, que concluía en 2017. Hoy concluye el plazo de explotación del auditorio y hoy previsiblemente el empresario o un representante de la empresa deberá entregar las llaves del edificio al Ayuntamiento, según fuentes municipales.

El Ayuntamiento decidió en octubre de 2014 rescindir la relación con Crystal Forest por «incumplimientos imputables al contratista». La «mejor oferta», la que satisfacía «a todos los públicos», indicó la concejal de Cultura, Mayrén Beneyto en la rueda de prensa en la que se presentó la programación de Crystal Forest en abril de 2013, y la que incluía una rebaja del 18% sobre el presupuesto de adjudicación (establecido en 462.000 euros al año) se ha desvanecido en 24 meses.

Moreno aterrizó en Valencia anunciando públicamente su interés por comprar la Ciudad de la Luz de Alicante y se marcha sin poder agotar los cuatro años de la explotación del teatro del Cabanyal-Canyamelar. La gestión de Crystal Forest ha estado plagada de desencuentros con el Ayuntamiento, pero también ha habido desacuerdos con los empleados de la empresa y las compañías.

El primer resbalón se produjo a los 10 días de alzar el telón cuando se suspendió el espectáculo musical 'Villa de sol'. La empresa publicó en su perfil de Facebook la cancelación del espectáculo por «problemas de salud que afectan a actores principales». En mayo, hubo más baile de títulos respecto a la programación que facilitó a los medios de comunicación.

Los vaivenes en la programación son habituales en los teatros e incluso las idas y venidas de la plantilla de la empresa no son extrañas, pero el incumplimiento con los pagos a la Agencia Tributaria y la Seguridad Social no tienen justificación. Que Crystal Forest no acreditara estar al día de las obligaciones tributarias fue lo que encendió las alarmas en el Ayuntamiento e imposibilitó que el Consistorio abonara el canon por la explotación, algo que sucede desde julio de 2013. A partir de aquí, como ha publicado este periódico, se establecieron varios plazos, treguas y tiempos de descuento para que la empresa de Moreno documentase estar al corriente con las distintas administraciones.

Para la liquidación provisional, según el expediente que aprobó la Junta de Gobierno Local el pasado 13 de marzo, se acordó que el Ayuntamiento abonará 490.865 euros, en concepto de explotación del TEM, al empresario cuando acredite estar al corriente de «sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social», como publicó el periódico en diciembre de 2014.

Otro de los incumplimientos es que Moreno «no ha presentado ninguna documentación que permita verificar el cumplimiento de la oferta», es decir, que la empresa vinculada al productor televisivo ha programado al margen del Consistorio. Ahora la web donde se anunciaban los títulos del auditorio ya está vacía de contenido. Crystal Forest no tiene prevista más programación dado que hoy, según establece el Ayuntamiento, ha de devolver las llaves del edificio.

A partir de aquí se abre otro periodo incierto para el Musical. Los técnicos deben certificar el estado del edificio y volver a sacar a concurso la gestión del TEM. El tiempo corre en contra de la cultura con el agravante de que en dos meses se celebran elecciones.