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CARMEN VELASCO
Viernes, 28 de noviembre 2014, 23:22
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No se alcanzado la paz, ahora es tiempo de tregua. Se impone una suspensión de hostilidades por el bien del IVAM y ante la intervención de la consellera María José Català. El conflicto entre el director de la institución y Miquel Navarro surge cuando José Miguel G. Cortés anuncia el cierre de la sala permanente dedicada al escultor de Mislata. A partir de aquí, la artillería pesada fue in crescendo dado que el artista, tras sentirse «humillado» por esta decisión unilateral del director, amenazó con retirar la donación de más de 500 piezas a la pinacoteca mientras el gerente se atrincheró en su decisión ciñéndose el convenio firmado en 2004 y derivó las responsabilidades a la anterior directora. Las posiciones se enrocaron hasta que el consejo rector del IVAM, celebrado el pasado jueves, medió en la contienda.
Un día después de la reunión, el equipo de Cortés se puso en contacto con el escultor. «Ya han hablado», aseguró ayer María José Català tras el pleno del Consell. Antes de las 11 horas, el director telefoneó a Navarro. No ha trascendido la conversación más allá de que se ha cerrado un encuentro entre ambos que se producirá en los próximos días, al parecer, después del puente de la Constitución. Ambas partes confían en llegar a una acuerdo cuanto antes. Quieren trabajar con discreción y sin altavoces. Ahora sí, los ánimos están apaciguados y las posturas templadas.
Este primer paso hacia un entendimiento surge tras el acuerdo del consejo rector, que delega en el director de la pinacoteca la responsabilidad de consensuar una solución que pasa, como avanzó ayer LAS PROVINCIAS, por que el IVAM exponga la obra del escultor al menos seis meses al año. Es Cortés el responsable de «comisionar» la negociaciones, es decir, quien planteó el problema debe resolverlo. El director está dispuesto por el bien de la institución culturla a alcanzar un acuerdo con Navarro.
El primero en dar un paso atrás en la primera línea de fuego fue Cortés. Cedió. Por si no quedó claro en la reunión del órgano rector, Català se reafirmó: «Miquel Navarro ha tenido, tiene y tendrá sala y exposición de su obra en el IVAM y continuará siendo uno de los artistas principales del museo». Cortés pierde el pulso pero, según reconoció la semana pasada, acepta la mediación de la consellera.
Fue propuesta de Miquel Navarro que la galería 1 conservara su nombre. Así lo aprobó el consejo rector, como detalló LAS PROVINCIAS en su edición de ayer. De momento será así en un gesto de agradecimiento por la donación que realizó hace diez años y valorada en su día en 18 millones de euros. A cambio, el creador de Mislata ha dado orden a su bufete de abogados para que paralice la revocación de la donación. Él también quiere sellar la paz.
El órgano rector del IVAM también aprobó por unanimidad desmantelar la exposición de Navarro que ocupa la galería 1, como propuso Cortés. «Se tomó esta decisión después de conocer la posición del artista», remarcó ayer Català. Navarro no se aferra a ningún espacio concreto del museo, pero sí considera que su obra ha de tener presencia permanente o casi permanente en la pinacoteca. Y así lo deberá consensuar con Cortés.
En este punto se abren numerosas alternativas porque Navarro no exige ninguna ubicación privilegiada, sino tener presencia. Su objetivo es que su legado se exhiba al menos seis meses en el IVAM a través de exposiciones individuales o en colectivas. Sobre la mesa de negociación, se plantean dos propuestas. La primera pasa por la galería 1, que conserva el nombre del artista mislatense. Este espacio, de 726 metros, se distribuye en cinco subsalas. Una de ellas, la última y donde ahora está instalada una ciudad del escultor, podría ser el área reservada para el creador. La segunda alternativa en el altillo de la galería 7, de 200 metros, y situada en la planta superior.
Además de los posibles emplazamientos, Cortés y Navarro deberán consensuar un calendario expositivo. Català está convencida de que se alcanzará un acuerdo. En caso contrario: «Volveré a intervenir como consellera para garantizar el respeto al artista».
Cortés ha perdido este 'round', pero no ha caído derrotado. Ha logrado que la galería 1, un espacio privilegiado, se dedique a exposiciones temporales, es decir, a potenciar su proyecto. Además, durante este conflicto ha visto cómo diversos colectivos (galeristas valencianos, críticos de arte y directores de museos españoles) han salido en su defensa.
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