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NOELIA CAMACHO
Viernes, 21 de noviembre 2014, 00:05
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«No tener nada no es excusa para no hacer nada». Estas palabras pertenecen a Favio Chávez, el director de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, un barrio marginal de la ciudad paraguaya de Asunción que se ubica sobre un vertedero.
De este lugar han salido los 40 músicos que el próximo 2 de enero desplegarán todo su talento en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, en un concierto en el que cada nota será solidaria. Porque estos intérpretes son niños, menores de edad, que han encontrado en la música la vía de escape para salir, literalmente, de un mundo en el que la basura lo rodea todo. Y es ahí, entre desperdicios y materiales usados donde encuentran sus instrumentos. «Nuestra filosofía se basa en el reciclaje. Creamos nuestros violines, chelos, guitarras e instrumentos de percusión de elementos que están en el vertedero», confiesa Chávez.
De la mano de la entidad Ecoembes, estos inclasificables músicos aterrizarán en la ciudad para recaudar fondos para una orquesta que ha logrado enseñar esta disciplina a más de dos mil menores sin recursos. «Muchos han conseguido salir hacia adelante gracias a la formación. Hay veinte familias que tienen casa nueva gracias a la agrupación», asegura para poner de relieve la importancia de un proyecto que busca educar, además, en la cultura de la conservación y el reciclaje.
En el concierto del próximo 2 de enero se interpretarán desde piezas clásicas como la quinta sinfonía de Beethoven a obras de flamenco y música española. «Vamos a sorprender al público con unos instrumentos totalmente hechos con residuos», asegura el director.
La Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura comenzó a fraguarse en 2006. Ese año, Chávez, que aparte de músico es técnico ambiental, trabajaba en el vertedero. Allí, comenzó a impartir clases a los niños de la zona. Pronto se dio cuenta de los beneficios de estas lecciones y quiso seguir educando a través de la música. Pero no había recursos. Así que comenzó a reciclar materiales para realizar instrumentos. «Un violín vale más que cualquiera de las casas de allí. Por eso, realizamos este tipo de instrumentos. Económicamente no valen nada, pero aguantan tres veces más que los originales», cuenta. Con la ayuda de un 'luthier' artesanal y mucha imaginación, ha logrado crear, por ejemplo, un saxofón con una vieja tubería y un puñado de chapas de refrescos. Luego, han llegado desde una guitarra que se inserta entre dos latas de conserva a un violín en el que un tenedor sujeta sus cuerdas.
«Intentamos que estas piezas se asemejen lo máximo posible a los instrumentos formales», afirma Chávez después de aseverar que su particular formación musical «es una orquesta completa». «Tenemos todos los violines, los chelos, las violas, los instrumentos de percusión... todo lo que, normalmente, forma parte de una agrupación y hemos visitado 35 países con la que puede ser la orquesta más barata del mundo», concluye.
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