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M. LABASTIDA
Martes, 30 de septiembre 2014, 23:48
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A Alphonse Bertillon se le conoce por haber creado un sistema antropométrico que se encargaba de medir la altura, el busto, la cabeza, la anchura de las mejillas y la longitud del oído derecho, del codo y el pie izquierdo, así como del dedo medio de una de las manos. Se aplicaba entre los delincuentes y la finalidad era identificarles en caso de que cometiesen nuevos crímenes. Él se inventó lo de 'fichar' que aplica la policía actual y fue precursor de los retratos de identidad. Después llegaron otros con empresas similares pero con finalidades policiales, médicas o administrativas.
La fotógrafa portuguesa Angélica Dass ha puesto en marcha su propio proyecto antropométrico, 'Humanae', nacido con el fin de desplegar un inventario cromático de los diferentes tonos de piel humana. La idea es descubrir la enorme gama cromática de los hombres y mujeres de todo el mundo y desterrar algunas reglas preconcebidas como que existen «cuatro colores básicos, el rojo, el amarillo, el blanco y el negro». Sus motivaciones no son científicas ni antropológicas, puesto que en la selección de quienes participan no se atienda a su nacionalidad, género, edad o raza. Tampoco hay una intención explícita de terminarlo en una fecha determinada. «El limite sólo se alcanzaría al completar la totalidad de la población mundial», ha señalado la artista.
Ayer estuvo fichando en Valencia. 50 personas pasaron por su comisaría y aumentaron la nómina de voluntarios que van formando parte de este particular inventario. «En cada ciudad que expongo utilizamos fotos diferentes con los visitantes, la idea es que la gente pueda ser parte», señaló Dass, cuyo trabajo se podrá ver del 23 de octubre al 23 de noviembre en una exposición en el Centro del Carmen, como una de las actividades del festival 10 Sentidos. «En cada espacio pensamos un montaje distinto que se acople a la ciudad y al edificio», matizó.
Niños, jóvenes, ancianos. Velludos, lampiños, depilados. Con pieles secas o grasas. Todos caben en el propósito de Dass. Para presentarlo ha adoptado el formato de las famosas guías de pantones. Cada retrato se sitúa sobre un fondo teñido con un color idéntico a una muestra de 11x11 píxeles extraída del rostro del fotografiado. Y se alinean como en los muestrarios. La exposición nunca se acaba, va creciendo cada día. Para ello se habilitará junto a la muestra un estudio para que quien quiera pueda unirse al proyecto.
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