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Un visitante fotografía 'El descanso de la modelo', de Antonio Cortina, ayer, en el San Pío V. :: irene marslla
El San Pío V rescata del olvido a Cortina

El San Pío V rescata del olvido a Cortina

Cuatro museos prestan piezas para la exposición que recupera la figura de un autor «malogrado» y que regeneró la escuela de pintura valenciana

CARMEN VELASCO

Jueves, 18 de septiembre 2014, 00:01

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valencia. Antonio Cortina (Almàssera 1841- Madrid, 1890) falleció a los 49 años en condiciones «folletinescas». En una buhardilla de la calle de la Palma en compañía de dos mujeres. El traslado de su cuerpo a Valencia fue costeado por sus amigos y discípulos. «Sorolla, Pinazo, Sala y Agrassot fuero algunos de las amistades que se hicieron responsables de los gastos», señaló ayer con orgullo su biznieta Francisca Cortina. Con la muerte del artista valenciano, que regeneró la escuela valenciana de pintura, se quebró una carrera ascendente. Cortina se ganó el respaldo del mundo artístico de la época. «Sorolla dijo de él que era una de las más sólidas glorias valencianas», recordó Elvira Mas, comisaria de 'Redescubriendo al pintor Antonio Cortina'. Fue enterrado en el cementerio de Valencia y, como si se trata de un mal de ojo, su obra desapareció, su nombre perdió vigencia y se convirtió en un artista invisible. «Ahora es el momento de recuperarlo», enfatizó la comisaria. La exposición del San Pío V, la primera antológica en Valencia, es la excusa para rescatar del olvido la figura del pintor del siglo XIX.

La obra de Cortina, miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, está dispersa. Tras la muerte del pintor pasó a manos de sus tres hijos. Dos de sus hijos permanecieron en España y la hija se exilió a Argentina. A la inauguración de la exposición acudió ayer un nieto de 103 años procedente de Buenos Aires, donde se conserva numerosa obra de Cortina. Estaba previsto el traslado de pieza de Argentina a Valencia para la exposición pero se descartó por «cuestiones económicas», remarcó la comisaria e historiadora del arte, quien aseguró que la muestra «es un lujo». «A estas alturas ya no nos esperábamos esta exposición. Nos da mucha alegría», añadió la biznieta, quien recordó que Almàssera rindió un homenaje al autor en 2003.

Cortina fue un pintor «malogrado», en palabras de Elvira Mas. Con la muerte del pintor su estela se apagó. Nadie lo reivindicó. La familia se mantuvo en un discreto segundo plano porque Cortina nunca ocultó su militancia política: era republicano. «Durante el franquismo no era momento para relanzarlo», explicó la biznieta.

La historia «se ensañó» con él, matizó la comisaria, haciendo que desaparecieran muchos de sus trabajos, como los frescos de la iglesia de San Bartolomé o los del famoso Café de España. Además, el pintor dejó cuadros sin firmar, lo que provocó que algunas de sus piezas se atribuyeran a otros creadores. En este punto, la especialista citó numerosos casos, como un lienzo de Madrazo que se subastó en 1994 cuya autoría corresponde a Cortina hasta los frescos de los techos del Ateneo Mercantil de Valencia vinculados de forma incorrecta a Sorolla, como un retrato de un héroe romano atribuido a Leopoldo García Ramón cuando realmente lo pintó Cortina, quien también elaboró los techos de La Beneficencia. «Quiero pensar que estas atribuciones erróneas no ha sido deliberadas», aseguró Mas, quien confía en que 'Redescubriendo al pintor Antonio Cortina', que permanecerá hasta noviembre en la pinacoteca, sirva para devolverle protagonismo y que ya no se necesite atribuir sus cuadros a otros.

La muestra, impulsada por el Consorcio de Museos, incluye 37 piezas del artista, ocho de las cuales proceden de los fondos del San Pío V y que han sido restauradas para la ocasión. El IVACOR también ha recuperado bocetos para la exposición. Además, el Museo Sorolla, el Museo Lladró y los Círculos de Bellas Artes de Valencia y Madrid han prestado obra para la antológica. Esta última institución ha cedido por primera vez 'El descanso de la modelo'.

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