El Consell de Cultura, al completo

valencia. El Consell Valencià de Cultura (CVC) tiene el aforo completo. Con la toma de posesión ayer de sus tres nuevos consejeros el ente estatutario completa los 21 puestos de los que dispone, después de años sin alcanzar tal cifra de consejeros.

Sole Giménez, Enric Lluch y Ramon Rosselló recibieron ayer la medalla y las credenciales que les nombran oficialmente como miembros de pleno derecho del organismo. El presidente del CVC, Santiago Grisolía, felicitó a las nuevas incorporaciones. La cantante Sole Giménez accede al puesto propuesta por el PSPV, mientras que el escritor Enric Lluch lo hace representando a Esquerra Unida y Ramon Rosselló a Compromís.

Este último nombramiento, no obstante, no ha estado exento de polémica. Cuando Compromís postuló al doctor Rosselló, el PP adelantó que no le daría su apoyo porque, en su momento, los miembros de la coalición no votaron a favor de la candidata del PP a este órgano, Consuelo Císcar y los populares, a su vez, rechazaron al candidato de Compromís, Joan Francesc Mira. Pero, finalmente, el pasado 17 de julio, el parlamento autonómico dio luz verde a la incorporación de estos tres nombres para formar parte del CVC.

No todos los consejeros pudieron ser testigos de las nuevas incorporaciones. Vicente Farnós, recientemente procesado en la trama Gürtel, no acudió ayer al pleno del CVC. Farnós, después de su imputación en el caso, ya había asegurado que no acudiría a los plenos. No obstante, en los últimos meses sí había asistido a alguno de ellos y a varias comisiones como la de Promoción Cultural, de la que es secretario.

Ante este hecho, el profesor Grisolía consideró que el consejero ha actuado «de acuerdo con las reglas generales marcadas desde la Generalitat», en referencia a la línea roja establecida por el presidente del Consell, Alberto Fabra. «Nadie le ha forzado a ausentarse», confesó Grisolía después de confirmar que el ente no había recibido notificación oficial ni de la renuncia de Farnós ni de su ausencia en el pleno. «Farnós ha tenido poco que ver con todas estas historias» -en relación a su implicación- aseguró el presidente.

Los tres nuevos miembros se estrenaron ayer en un pleno más largo de lo habitual. Con 15 puntos sobre la mesa, el ente aprobó numerosos informes. Uno de ellos, fue el que versaba sobre la enseñanza en valenciano. En él, se pide a la Generalitat que dé un nuevo impulso global a esta lengua, «otorgándole la protección que la ley le reserva». Así, instaron al Consell a que la reivindique «como un valor positivo y deseable para toda la población» que tenga por objetivo hacer de ella «una lengua de prestigio y de uso en todos los ámbitos de comunicación y de relación de la sociedad valenciana».

Asimismo, la entidad aprobó tres informes para pedir la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial a la pilota valenciana «por ser un referente deportivo pero también social, lingüístico y cultural valenciano», y a los 'Miracles de San Vicent Ferrer'.

Por otra parte, el ente pidió la suspensión definitiva del almacén de gas Castor, situado frente a las costas de Vinaròs (Castellón) y de Tarragona, por la «íntima relación» entre su actividad y los seísmos registrados en la zona en septiembre del año pasado.

En lo referente al presupuesto, el organismo sólo ha ejecutado en el primer semestre de 2014 el 35% del total. Según el informe económico, el CVC ha gastado unos 400.000 euros, provenientes en su mayor parte de la Generalitat. El montante del que dispone el CVC en 2014 es de 1,4 millones de euros de dinero que proviene de la Generalitat. El Consell sólo ha abonado 350.000, la mitad de los 700.000 euros que le corresponden en el primer semestre.