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Carmen Alborch, ayer en Valencia. :: txema rodríguez
«La ilusión y la pasión no es patrimonio de los jóvenes»

«La ilusión y la pasión no es patrimonio de los jóvenes»

Carmen Alborch confiesa su edad sin pudor y la reivindica. La autora valenciana derriba mitos y descubre en su último libro los placeres de alcanzar la madurez

M. LABASTIDA

Martes, 10 de junio 2014, 00:01

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En una sociedad volcada con la juventud, la senadora y escritora Carmen Alborch ha decidido, con su último libro, reivindicar la madurez y descubrir 'Los placeres de la edad'. Lo ha editado Espasa y lo presentó ayer en Valencia.

-¿Le puedo preguntar su edad?

-Claro, tengo 66 años.

-Lo digo porque en esta sociedad preguntar la edad es considerado de mala educación y confesarla a veces cuesta más que desnudarse.

-Alivia mucho confesarla. Te podrá parecer mucha o no, que estoy mejor o peor, pero es la edad que tengo y es una fortuna haberla vivido.

-Como cada vez vivimos más, cada vez tenemos más tiempo de disfrutar la vejez. Por eso es interesante que su libro hable de los placeres de la edad, ¿no?

-Humildemente he intentado ayuda a apreciar la edad. Nadie quiere ser viejo. La propia palabra vejez asusta. El miedo condiciona mucho. He tratado de quitar prejuicios a la palabra. Además es cierto que cada vez hay más personas mayores y deben tenernos en cuenta, porque somos también ciudadanos y clientes.

-Uno se conforma con la edad que tiene o aprende a sobrellevarla. Usted la reivindica. Éste es un concepto nuevo.

-Siempre se asocia la vejez con la pérdida, la pérdida del atractivo físico, de interés o de posibilidades económicas. Hay que buscar el lado positivo y por eso me he preocupado de buscar testimonios de personas mayores que cuentan lo que les ha aportado la edad. Porque con la edad se ganan arrugas, por supuesto, pero también vivencias, sinceridad, sentido del humor... Y hay otros placeres que no desaparecen, sino que se viven de otra manera.

-¿La juventud está sobrevalorada?

-A los jóvenes se les atribuye unas cualidades que son reales pero que no son patrimonio suyo. Las personas mayores también podemos tener proyectos vitales o ganas de enamorarnos. La ilusión y la pasión parece que sea sólo patrimonio de los jóvenes y no es cierto. Cambia sólo la intensidad. Nosotros también podemos ayudar. No se trata de excluir, sino de tender puentes entre las distintas generaciones. Debemos colaborar con los que vienen y ellos han de contar con nosotros.

-Cita películas, libros, series... No le habrá sido fácil encontrar ejemplos porque se cuentan pocas historias protagonizadas por gente mayor, ¿no lo cree?

-Sí, suelen ser los abuelos entrañables pero difícilmente tienen el papel protagonista. En los últimos tiempos esto va cambiando y empiezan a rodarse películas sobre los problemas de la jubilación o de algunas enfermedades.

-O sea, de lo negativo.

-Sí, son con cuentagotas y falta buscar el lado positivo.

-¿Es más fácil envejecer siendo hombre que mujer?

-Claro, hay presentadoras de televisión que han sido apartadas por la edad. Hay un doble estándar. En las películas es muy visible. Aparece el señor poderoso y atractivo con una mujer mucho más joven. Esto también sucede en la realidad. Con las mujeres es distinto. Por un lado tienen menos opciones y por otro es que somos más autónomas, nos acostumbramos mejor a estar solas.

-¿Dice que es decisión de las mujeres y no prejuicios de la sociedad?

-No, ojalá fuese así. Hablo de diferentes circunstancias, nada más. Pero la sociedad no nos trata igual y debemos ir cambiando. A mí me parece perfecto que un señor mayor esté con una chica más joven si es una relación de igualdad. Me gustaría que sucediese igual con las mujeres, pero no se valora de la misma forma, siempre hay una sospecha. También creo que el nivel de exigencia de hombres y mujeres es diferente.

-Dice en el libro que no vendería su alma al diablo por recuperar la juventud. ¿Vendería algo?

-A mí me encantó vivir esa época, pero ya pasó. Ahora siento alivio de haber llegado hasta aquí. Considero que vivir es un gran esfuerzo. Pienso en volver a hacer algunas cosas y me da pereza.

-¿La serenidad de la edad es buena para afrontar una crisis como la que atraviesa el PSOE?

-Estamos en un momento complicado y debemos tomar nota de lo que nos pide la ciudadanía. Lo de la edad influye. El tener una experiencia sirve para afrontar los problemas mejor. En mi caso el no ser una competidora me permite actuar de outsider.

-¿Qué espera de la nueva etapa del IVAM, que usted dirigió?

-Espero y confío que salga bien.

-¿Ha tenido oportunidad de hablar con Francis Montesinos después de su detención?

-No, pero le tengo una gran confianza. La presunción de inocencia está vigente y conviene recordarlo.

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