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A los valencianos les falta vitamina D

A los valencianos les falta vitamina D

Los médicos advierten del riesgo del déficit y recuerdan que se deben seguir los consejos de los dermatólogos para alcanzar el equilibrio en la exposición a la radiación ultravioleta

LAURA GARCÉS

VALENCIA.

Lunes, 12 de febrero 2018, 00:12

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Pocos días de los 365 que completan un año deja de lucir el sol en la Comunitat Valenciana. El astro rey, la principal fuente de vitamina D, en contadas ocasiones se ausenta de la jornada de los valencianos. Pero, paradojas de la vida, los médicos han observado que la carencia de la vitamina que a precio cero ofrecen los rayos solares es más frecuente de lo que podemos creer.

El 30% de la población anda escasa de vitamina D. La cuestión preocupa a los facultativos que, a la radiografía que ofrecen de la situación añaden el consejo del equilibrio a la hora de tomar el sol. No hay que quedarse corto; tampoco pasarse. El término medio es la meta, «no se pueden obviar las recomendaciones de los dermatólogos».

¿De esa carencia se pueden derivar consecuencias para la salud? La doctora Katherine García Malpartida, adjunta del servicio de Endocrinología del Hospital La Fe, ofrece respuesta al interrogante. Recuerda que la fuente fundamental de Vitamina D es el sol y una aportación suficiente es trascendente. Entre el 80 y el 90% de esta vitamina se produce en la piel a partir de la luz ultravioleta de las radiaciones solares.

Es la responsable de que el calcio se fije en nuestros huesos y también es importante en el proceso de absorción intestinal para permitir el aprovechamiento del calcio que aportan los alimentos. Si el organismo no la recibe en su justa medida esas funciones pueden verse afectadas y derivar, sobre todo en personas de edad avanzada, «en atrofias musculares o cansancio». Sin olvidar la posible influencia en «patologías cardiovasculares o en tumores». La doctora puntualiza a la segunda cuestión que por el momento «sólo son teorías».

¿Cómo se explica el escenario en que se desenvuelve la Comunitat? El cambio en los hábitos de vida parece ser el responsable: «Trabajamos en lugares cerrados, salimos y nos metemos en el coche para irnos a casa». Ni siquiera aprovechamos el balcón. La doctora destaca que la modificación del estilo de vida es en buena medida responsable de la deriva que ha tomado la situación, pero advierte de que esta realidad se empezó a constatar «hace unos 10 años», cuando se convirtió en rutina solicitar en los análisis de sangre conocer la presencia de vitamina D en el organismo.

Siguiendo estos pasos los especialistas han podido comprobar que «uno de cada tres ciudadanos, un 30%, tiene un índice de vitamina D bajo». Habla también la endocrinóloga de La Fe de la presencia de grupos de riesgo: personas con obesidad, las de edad avanzada, los aquejados de diabetes o quienes sufren problemas de desnutrición.

La conversación con la especialista descubre otro apunte llamativo. En contra de lo que se suele pensar «es bastante similar» la incidencia del déficit entre los valencianos y los ciudadanos del norte de Europa. Es así porque mientras en la Comunitat «no está culturalmente asumida la importancia de la vitamina D», en otras latitudes -donde la luzsolar escasea- ocurre lo contrario; son muy conscientes y la toman «a partir del hígado de bacalao o del aceite de ricino» de manera que compensan. Así, al analizar los datos, los especialistas descubren «una prevalencia más o menos igual» de la carencia.

Ante el escenario que describe la doctora surge la necesidad de conocer cómo luchar contra la escasez de vitamina D. La dieta tiene respuestas: Pescado azul, vísceras, huevos, lácteos o alimentos fortificados como la leche o los cereales son buenos aliados. La doctora menciona la existencia de complementos, pero «siempre con indicación médica» y se puede tomar el sol «unos diez minutos al día. Es un tiempo suficiente». A estas indicaciones añade que «no podemos obviar las recomendaciones de los dermatólogos» para evitar las quedaduras y los problemas de una excesiva exposición al sol respetando los consejos sobre épocas del año y horas del dia. La doctora pone dos términos sobre la mesa: «Equilibrio, sentido común».

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