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ISABEL DOMINGO
Miércoles, 13 de diciembre 2017, 00:43
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valencia. Rechazo al proyecto del tercer carril de la V-21 pero también a otras ampliaciones pendientes de carreteras, como la N-220, la V-30 o la V-31, o a infraestructuras como el acceso norte al puerto de Valencia. Es el mensaje que ayer pusieron sobre la mesa Podemos y València en Comú (ValC) durante la rueda de prensa que ofrecieron para rechazar, una vez más, el proyecto que actualmente tiene en licitación el Ministerio de Fomento.
«El objetivo es conseguir la moratoria sobre la V-21 pero no es un caso aislado. Hemos de conseguir paralizar un modelo desarrollista que no tiene en cuenta ni el modelo de ciudad ni los criterios de gestión del territorio», explicó la diputada en el Congreso de los Diputados, Rosana Pastor. Junto a ella, el diputado en Les Corts Antonio Montiel y la concejala del Ayuntamiento María Oliver, que dejó clara la oposición de su grupo al proyecto de la V-21 y la petición de que se destinen los 30 millones previstos para las obras «a otras actuaciones necesarias en la ciudad».
Una posición que contrasta con la de sus socios de gobierno en el Consistorio, ya que tanto PSPV como Compromís, a pesar de votar a favor de la moción de ValC (que instaba a la paralización) en el pleno municipal, matizaron posteriormente su postura abogando por la revisión del proyecto para reducir el impacto sobre la huerta. De ahí la petición que el alcalde, Joan Ribó, realizó al departamento de Íñigo de la Serna para mantener una reunión y presentar un plan alternativo que reducía la afección en un 60%.
Así lo reafirmaron ayer fuentes del grupo municipal socialista mientras que desde Alcaldía (Compromís) evitaron valorar el pronunciamiento de María Oliver, que recordó que la moción «estaba planteada en términos de paralización». No obstante, hace apenas unos días, Ribó señalaba que la ampliación «es necesaria» por «el tapón» que se produce en este acceso y reiteraba que la licitación podía paralizarse para introducir un modificado.
Durante la rueda de prensa que ofrecieron Podemos y València en Comú a sólo 24 horas de la apertura de las ofertas económicas (un trámite que está previsto para hoy), Oliver insistió en que la apuesta es por el transporte público, «por la reducción de carriles en las calles de Valencia, por lo que no tiene sentido ampliarlos en la entrada».
Reclamaron una moratoria a Fomento en el proceso administrativo, una fórmula que permitiría «retener la inversión en Valencia» ya que, según Montiel, la Ley de Contrato Públicos permite suspender hasta tres meses la apertura de los sobres. Sin embargo, fuentes del sector de la obra pública negaron este punto y recordaron que la suspensión implicaría una revisión del proyecto, declaración de impacto ambiental y nueva licitación.
Preguntados sobre si aceptarían un tercer carril con menor afección sobre la huerta, Montiel y Pastor aseguraron que «ese no es el debate» ya que «es una cuestión de respeto institucional», en referencia a las mociones en contra del tercer carril que aprobaron los ayuntamientos de Valencia y de Alboraya. «Es grave que el ministerio continúe sin escuchar la voz de los ciudadanos expresada en los plenos municipales», añadió Oliver.
Los representantes de Podemos también apostaron por «incentivar soluciones que conduzcan a no construir», aludiendo a los proyectos que el Gobierno tiene pendientes de ejecución en la Comunitat, como el by-pass, la V-30 (sobre la que Valencia y otros municipios pidieron revisión del proyecto) o la V-31.
También hubo espacio para las críticas al PSPV, de quien Podemos también es socio de gobierno en el Consell. No escatimó críticas Antonio Montiel, quien aseguró que están «sorprendidos y contrariados» por la actitud del partido de Ximo Puig en Les Corts, donde votó en contra de la moción impulsada por Podemos. A su juicio, el PSPV se comporta «como un partido conservador, que agita poco los aguas pensando en 2019. No están a la altura de los compromisos de los gobiernos del cambio».
El diputado autonómico también negó que hubiese un intento de negociación de la proposición y desveló que sólo lo hizo Ciudadanos aunque luego cambiaron de actitud. «Nos parece grave que el PSPV hiciera esta maniobra», dijo y acusó a los socialistas de «jugar a ponerse de perfil» y «a defraudar a los ciudadanos de Alboraya y Valencia».
No fueron las únicas críticas que recibieron tanto el PSPV como Compromís, pues los dos grupos de la oposición en el Ayuntamiento (PP y Ciudadanos) se preguntaron qué respuesta van a dar Joan Ribó y Sandra Gómez «ante este desafío», señaló el portavoz popular Eusebio Monzó.
A su juicio, «es un despropósito» que se pida una moratoria. «No hay ninguna razón para parar este proyecto porque por encima de todo debe prevalecer el interés general de los valencianos». Además, recordó que la ampliación de la V-21 «durante los últimos años ha sido reivindicada y apoyada por todos los partidos», incluido Compromís.
Por su parte, desde el grupo municipal de Ciudadanos, su portavoz, Fernando Giner, lamentó que Podemos haya esperado a 24 horas de la apertura de los sobres «para presentar sus quejas al proyecto» e instó de nuevo a Ribó a «mostrar su plan secreto» para reducir la afección sobre la huerta.
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