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Uno de los nuestros

J. SÁNCHEZ HERRADOR

Viernes, 20 de abril 2018, 12:58

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La facilidad que tiene Cospedal para hacer declaraciones asombrosas es llamativa. Si no era suficiente con la indemnización en diferido ahora se descuelga con la apelación tribal para la defensa del correligionario. Defender a los nuestros debería ser el principio básico de cualquier organización pero siempre que sus miembros sean merecedores de esa protección. Porque si la defensa es incondicional, a pesar de la sospechosa conducta del implicado, entonces no es un acto de solidaridad sino la complicidad con la irregularidad o el delito. Cospedal recordaba con sus palabras al Uno de los nuestros de Martin Scorsese, a un cierre de filas irracional y sentimental, a un comportamiento cercano a lo mafioso que desembocará casi irremediablemente en un enfrentamiento sangriento dentro del propio partido. Y es que en esta historia del máster invisible hay algo más que una cadena de fraudes universitarios, además pululan en la escena soplones de poca monta, enemigos políticos y traidores externos e internos que se benefician de la caída de la líder madrileña. Nunca una farsa estudiantil había sacado a la luz tanto miserable junto. Empezando por la mentirosa Cifuentes, siguiendo con el oportunista de Gabilondo y terminando con el caradura de Errejón, ese muchacho que definitivamente está pidiendo a gritos que le busquen un puesto en el poder establecido y le salven de las garras de Pablo Iglesias.

Cifuentes será una de los suyos para el Partido Popular hasta que un día de estos el padre de la familia decida que ya no compensa la defensa numantina. Entonces será sacrificada por el bien común de los restantes miembros del grupo. Así hasta que el jefe sea también traicionado y él mismo caiga en desgracia.

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