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Las tapas

¿Sacar À Punt el Traslado? Ni que fuera una tele de Cotino. ¿Sacar el Besamanos? Ni que fuera la Ofrenda

Mª JOSÉ POU AMÉRIGO

Viernes, 25 de mayo 2018, 10:17

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Decía el otro día Irene Montero que las noticias sobre sus gananciales con Pablo Iglesias intentaban tapar la Operación Erial. Poco importaba que Zaplana hubiera sido detenido mucho después de que ellos firmaran la hipoteca, de que se hubieran hecho con el control de Podemos o de que se hubieran convertido en la pareja política del momento. El chaletito era la coartada del PP para impedir que Zaplana volviera a los comentarios de los españoles. Ni por tiempos, ni por importancia encajaba la relación de una cosa y otra pero el egocentismo de los zares de todas las Rusias es tan grande que no cabe ni siquiera en una sola dimensión cósmica. Las tiene que ocupar todas y ser el sol de todas las galaxias.

Ahora, tras conocer la sentencia Gürtel, Quim Torra alega que la operación policial en Cataluña intenta ocultar la realidad de la corrupción. Todos sabemos que los políticos miden los tiempos, salvo Rajoy que los deja pasar, pero si el PP hubiera calculado algo sobre la oportunidad del impacto de las causas de corrupción en sus perspectivas electorales, dudo mucho de que hubiera escogido el año de campaña para dejar que se le presentara como el beneficiado a título lucrativo de las andanzas de Correa y Bárcenas.

De seguir así la tendencia, me veo al PNV alegando que el triunfo de España en el Mundial quiere impedir que sepamos la verdad sobre los presos etarras o a Compromís, que las críticas sobre las emisiones de À Punt tapan las corruptelas del PP por descubrir. Lo del Mundial y la nueva Canal nueve son licencias poéticas que prevén una posibilidad, no anticipan una verdad. Es más, con mis conocimientos de fútbol y de la tele local, seguro que las cosas son al revés de lo anunciado. El fútbol es así. Lo otro, asá, pero me juego una paella a que acierto. No hay más que ver la importancia que el Ente concede a los actos que concitan el interés de los valencianos como el Traslado de la Mare de Déu o el Besamanos de la Virgen. Total, ¡qué son 20.000 personas frente a los millones que les hacen de clac desde el carril-bici o los «aplecs» a favor de la llengua catalana! Ni la tele o la radio públicas, ni sus responsables, pueden sentirse al servicio de los valencianos sino de quienes los han puesto ahí o de los valencianos que quieren cambios de verdad, no cuatro cositas de gestión. No hay más que ver el elenco de ex de la tele que han vuelto con «la otra» como si tal cosa. Al servicio de quienes les eligieron, pues unos y otros se deben el puesto mutuamente. ¿Sacar el Traslado? Ni que fuera una tele de Cotino. ¿Sacar el Besamanos? Ni que fuera la Ofrenda. Al fin y al cabo, la Ofrenda puede pasar por folklore y fiesta popular pero con el Besamanos no te escapas, es una pleitesía puramente religiosa y ¡hasta ahí podíamos llegar! Ahora deberían decir los devotos de la Virgen que las críticas al PP son para tapar el olvido intencionado de la Virgen. Será por tapas...

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