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Silencios

Parece que el problema de Cataluña sea sólo de políticos y jueces, cuando atañe a toda la sociedad

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Martes, 12 de septiembre 2017, 10:27

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Parece que se quería transmitir incluso sorpresa por el hecho de que Rajoy dedicara dos horas al presidente Puig en un día de tantas y tan delicadas decisiones sobre Cataluña. Incluso extrañó que el inquilino de la Moncloa estuviera receptivo. La región sin peso ¿no confía ya en su propio peso? La autonomía de la eterna lealtad ¿no está segura de su propia lealtad?

Una vez más, opresivo, aquí tenemos el extendido silencio de los corderos. Porque lo que estamos viendo es que hablan en exclusiva los partidos pero callan muy cucamente los sindicatos; se expresan los tribunales -no tienen más remedio-, pero no estamos escuchando a la banca o al empresariado; de lunes a viernes, los medios de comunicación son un torrente de palabras, pero la que no está hablando apenas, porque nadie le pregunta o porque tiene demasiada prevención, es la gente corriente, el pueblo llano de Cataluña y de España entera.

¿Habéis oído hablar estos días a algún rector de Universidad, privada o pública? No señor. Y que nadie confíe en que se estén reservando para la apertura oficial del curso porque tampoco van a decir ni pío: son el faro de la sociedad pero están algo apagados por falta de presupuesto. El problema catalán, o su agudización, lo llevamos arrastrando casi una década. Pero, ocupados en la crisis, creíamos que era una monserga más de los partidos. Ahora el tiempo se nos ha echado encima sin haber hecho nada didáctico que tenga como finalidad acercar y comprender, informar y prevenir. Tras una fase de corrupción aguda, de vergüenza ajena, de golpe y sopetón, nos llega la imagen del que se empecina en Barcelona y la del que tiene que decir que no en Madrid: la indeseable metáfora del choque de trenes.

¿Habéis visto que se convoque, al menos aquí, alguna conferencia en la que se explique por qué razón los catalanes pueden o no pueden hacer un referéndum? ¿Dónde está la trampa de la información incompleta? ¿Por qué nadie aclara -qué vergüenza de telediarios tontamente perdidos- que para decidir sobre la unidad de España tenemos que apelar a la soberanía nacional, que es asunto privativo de todos los españoles? Sí, explicadlo bien en las aulas de la ESO y en el bachillerato. Y de paso también en las facultades de Derecho, Económicas y Filología. Estudiad primero por qué la gente de Huelva y la de Soria tienen tanto derecho y obligación a decidir sobre el futuro de Cataluña como los catalanes mismos, porque ese es un punto que no parece que la gente tenga muy claro en estas horas de ajetreo.

Aquí, entre silencios espesos, después del 5-0 del sábado y del esperado subidón de adrenalina del lunes, se impone de nuevo la simulación de las intenciones y las emociones. La autonomía valenciana, la de la trasparencia y el amor entre socialistas y nacionalistas, se hace particularmente opaca cuando se trata de dirimir asuntos de gran calado nacional.

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