Renovación
Rajoy cargó con todas las culpas y el PP aprende ahora a vivir sin el padre; mientras tanto, Sánchez empieza a desilusionar
F. P. PUCHE
Domingo, 24 de junio 2018, 11:05
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F. P. PUCHE
Domingo, 24 de junio 2018, 11:05
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Por San Juan, ya se sabe: que si la noche más corta, que si el fuego, las aguas y el renacer, que si patatín, que si patatán... Siempre me ha parecido una especie de cuento, no chino sino mediterráneo, propicio para una noche de fiesta en la playa, pero ligado, eso sí, a los rituales antiguos de la renovación y las metáforas del cambio de ciclo. Quizá por eso Mariano Rajoy, como la cosa más normal del mundo, ha sido el primer presidente de la democracia, o de la historia de España en general, que a los diez días de dejar la Moncloa ha recuperado su plaza de registrador y ha regresado a su profesión después de un largo paréntesis.
-Este es mi trabajo...
Admirable aunque no se lo quieran reconocer, Rajoy, ahí lo tienen, está dando, sin pretenderlo, una soberbia lección de democracia, de normalidad y renovación. Terminada una etapa, empieza otra. Sin aspavientos ni complicaciones. Un trabajo, una familia, unas aficiones... Un ejemplo.
Por San Juan, el de la renovación, el Partido Popular se afana en comenzar una nueva etapa en un país inundado de eso que llaman ahora «posverdad». Hay que pellizcarse para caer en la cuenta de que no ha habido unas elecciones como parece. Hay que volverlo a mirar, para entender que el nuevo presidente está sostenido por una precaria alianza y una evidente minoría. Parece que el PSOE haya conquistado la Moncloa arrastrado por los vientos electorales del cambio cuando lo que ha ocurrido es que se ha forjado una alianza anti-Rajoy a cuenta de una corrupción que, a falta de mejores referentes, ha tomado al presidente del Gobierno como expiación.
Ahora toca renovación. Con un modelo nuevo de elección del presidente del partido porque el registrador de Santa Pola, cosa admirable, ha dicho que no quiere influir ni intervenir. Y ahí han estado toda la semana, aprendiendo a vivir sin el padre que les protegía y cargaba con todas las culpas. Hecha, pues, la expiación general, el baño depurativo está esperando. Para iniciar otra etapa, para ver si es posible una época nueva en la que una mujer aspirará por vez primera a la presidencia del Gobierno. Otra gran novedad que por cierto se está subrayando poco en los ambientes del feminismo...
Abluciones, conjuros y todo lo demás. Es San Juan y en España se ha iniciado una nueva etapa. Así las cosas, hay un Gobierno, en pura minoría, que se ha encontrado en la Moncloa con el fantasma del Realismo, el dueño de todas las puertas.
-Seamos realistas: no se puede reformar la financiación hasta la próxima legislatura...
El inquilino de la Moncloa tenía cinco novias en cinco puertos y ahora trata de darles el esquinazo a todas. Me duele, especialmente por Vicent Soler y Ximo Puig, que han trabajado de firme ante el bunker de Montoro. Pero Sánchez no puede hacer otra cosa que apelar al realismo y aguantar, mientras reforma lo que puede. Por decreto ley.
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