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Urgente Cuatro muertos, dos en Tarragona y dos en Asturias, por el temporal

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Y otra manifa, y siempre más manifas, y la bandera 'al vent', y venga corear, y para desinflar el espíritu del finado Manolo Escobar desempolvamos a María de del Mar Bonet y su guitarra que suena a viejo acordeón, y las pancartas, y volvemos a corear, y el runrún del boicot a los productos catalanes, y las persecuciones de los extremistas de cualquier bando contra el prójimo, y frente al 'qué viva España' suena 'l'estaca' de Llach, y las empresas que se largan hacia otras latitudes, y que si ahora leemos una emotiva poesía, y más banderas colgando de los balcones. Y qué cansancio, y qué fatiga, y qué tabarra, y qué brasa, y qué manera de fastidiar un invento que funcionaba razonablemente bien... Y lo peor de todo es que el barullo que nos colapsa no tiene pinta de cesar ni a medio ni a largo plazo porque las heridas profundas cicatrizan lentorras. Y Mariano Rajoy que, de repente, despierta del letargo y arrea un puñetazo sobre la mesa como ese amigo apardalado que un día explota y explota de verdad y te retira la palabra y se convierte en un ogro. Y los sesudos analistas con el pie cambiado, como aquellos economistas-videntes durante la crisis, porque pronosticaban una aplicación blanda y algodonosa del 155 y va y resulta que igual, incluso, ya veremos, controlan no sólo a los Mossos sino a la omnipresente TV3. ¿Y ahora qué? ¿Y en qué quedamos? Porque conviene aclararse... Y es que los mismos que exigían el 155 como un ariete de acero para desarticular la independencia, como una bomba de neutrones para pacificar a los díscolos, ahora se achantan y murmuran que se han pasado, que esto es una exageración, un acabose y un apocalipsis. Y desde la tranquilidad del sofá de la palocueva la importante pregunta que me atosiga ante la barahúnda es: ¿De verdad tiene que marcharse del Valencia CF Guedes?

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