lecciones del calendario
MARCADOR DARDO ·
miquel nadal
Viernes, 15 de diciembre 2017, 12:05
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MARCADOR DARDO ·
miquel nadal
Viernes, 15 de diciembre 2017, 12:05
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De seguir la senda que mantenemos, en unas décadas la Navidad será simplemente, la fiesta que va desde el Black Friday hasta la fiesta de las Cabalgatas, así, en plural, con hitos puramente ligados a la comida, a la bebida y a los regalos, que llegará el momento que el día de Reyes será de pura renovación de dispositivos móviles, y no habrá nada que anunciar ni nada que recrear, ni siquiera animales exóticos, ahora prohibidos en el circo, y llegado el caso también con fecha de caducidad por las calles. Que en un tiempo también raptaremos a los dromedarios de la inocencia. Como todos los años hay columnas de calendario, en las que toca hablar de la festividad, aun con el riesgo de que alguien reproche que se vuelve a hablar de lo mismo. ¿De qué hay que hablar sino de lo mismo? De lo que sucedió hace dos mil años, porque la esencia de la tradición es la reiteración del mismo misterio que se renueva cada año, siempre igual, que en esa reiteración habita la auténtica novedad. Todos los años evalúo la iluminación de la calle de la Paz, para comprobar que de nuevo las luces no iluminan nada. Este año la trilogía de objetos representados consiste en un árbol, una especie de fruta y un paquete que simula un regalo. Poca sacralidad. Poco oro, incienso y mirra, y ni asomo de la celebración del Nadal. Una de tantas sorpresas que uno se trae del viaje a la Provenza, de la estancia en Arlés, consiste en comprobar la vitalidad de los 'santons', las figuras en arcilla que conforman la escena del nacimiento, nuestros Belenes, la 'crèche de Noël', con sus idénticos personajes y escenario, y el asno y el burro, y los tres magos y los pastores, y los maseros, Jèsu, lou tant bèu pichot, Sant Jousè, la Santo Vierge, lou biou, l'ase, el ángel Boufarèu, portadores de agua, pescadores, molineros, panaderos, la lavandera, el cura, los bohemios, el tamborilero, Lou Tambourinaïre, y hasta el Alcalde, lou Conse, Monsieur Jourdan y la Margarido y decenas de personajes a la venta en todas las tiendas pero también en exposiciones de nacimientos aquí y allá, en iglesias abiertas en todos los pueblos, con gente entrando y saliendo, y sus sobres con los formularios para hacer donaciones regulares u ocasionales. Estar en un plaza con edificios que muestran el frontispicio de Liberté, Egalité et Fraternité, con los otros abiertos que muestran exposiciones de nacimientos es una lección. Nacimientos en todas partes, protagonistas de la fiesta. No había luces públicas en las calles, pero había la mejor iluminación que uno haya visto en escaparates de pequeñas tiendas, decoradas y aseadas como si cada una de esas pequeñas tienda fuera la mejor tienda del mundo en la mejor calle del mundo. En cuanto a las luces en las exposiciones de los santones no hacía falta iluminación. Llevan alumbrando dos mil años.
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