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MILAGRO DE CHAMPIONS

HÉCTOR ESTEBAN

Viernes, 20 de abril 2018, 12:57

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De la estadía en Evian el verano pasado emanó el mensaje de que el Valencia armaría un proyecto 'low cost' para volver a Europa. Por mucho que el director general, Mateu Alemany, preguntara en voz alta en el palco del estadio de Martigny que quién decía eso de que no había dinero, la planificación se dio de bruces con la realidad. Fichajes baratos, a plazos y cedidos. Al final del camino, el mejor resumen lo hizo Marcelino con una sola palabra: milagro. En el Valencia de hoy en día la prioridad es ingresar y a partir de ahí, si se puede, gastar. Este es el mensaje que ayer trasladó el máximo accionista a los que se sentaron alrededor de su mesa en el inicio de la planificación de la próxima temporada. El Valencia tiene que vender jugadores y el técnico ya adelantó hace unos días el mensaje de que vistas las necesidades no hay ningún futbolista intransferible. Sobre la presunta oferta de entre 60 y 80 millones por Rodrigo Moreno la respuesta del club fue que no se ha recibido propuesta alguna. En ningún caso apuntaron que el delantero no se vaya a vender. Ahí está la clave. Los problemas extradeportivos ahogan al club de Mestalla. El primero y con fecha de 20 de junio, el pago de la multa de casi 24 millones de euros a Bruselas por las ayudas ilegales al fútbol. Y el segundo, los 20 millones de Porxinos. Esas dos contingencias, trasladadas al césped, son dos jugadores de primerísimo nivel. El dinero de la Liga de Campeones y el aumento de los ingresos por televisión servirán para aliviar la situación. Si el Valencia no se llega a clasificar este año para la Champions el club estaría al borde del coma económico y deportivo. El milagro logrado por Marcelino se valorará todavía más con el paso del tiempo. La intención de Lim no es la de poner más líquido. Los ingresos vendrán por los merecimientos deportivos y por la venta de los buenos jugadores, porque el dinero se paga por las estrellas. Uno de los mejores Valencia de la historia se construyó temporada tras temporada con el adiós de futbolistas importantes que dejaron en la caja el dinero suficiente para trabajar con tranquilidad. Cuando los títulos cegaron al Valencia, las locuras fueron el primer paso de una decadencia que terminó en la venta del club a un máximo accionista de Singapur. El Valencia de Lim quiso ir tan deprisa tras su primer proyecto que se dio de bruces contra la Champions y la precipitación. Ahora se supone que se ha aprendido de los errores cometidos. La primera temporada de Alemany y Marcelino en la sala de máquinas se va a cerrar con sobresaliente. El Valencia jugará la campaña del centenario en la máxima competición europea y el trabajo ha sido el aval del cuerpo técnico. Lo que la propiedad debe de entender es que los milagros son excepcionales y no anuales.

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