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HUMANIZADA GRÚA

Mª ÁNGELES ARAZO

Domingo, 22 de abril 2018, 13:45

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Sin poder recrearme por ir en coche, pero atenta a la panorámica que encuadraba el cristal de la ventanilla, descubrí la gigantesca grúa del puerto, que ahora parece empequeñecida entre los modernos edificios. Bien. Qué alegría, sigue como recuerdo del viejo puerto; ni las grandes reformas, ni las osadas construcciones han podido con ella. Es la cabria humanizada por la cabina donde un operario la manipulaba; la cabria flotante de 80 toneladas y 25 metros de altura, que fue construida en 1927-1928 por los astilleros de la Unión Naval de Levante, pasando después a la Junta de Obras del Puerto.

Su imponente mole siempre impresionó a quienes acudían al puerto a pasear al atardecer, a la hora en que llegaban las barcas y se instalaba la subasta del pescado; también al público fiel a los conciertos dominicales en el pabellón del templete. Pero además de esa admiración por sus dimensiones, la grúa había conquistado a lo largo de los años la valoración de los trabajadores portuarios porque presentaba ventajas frente a las grúas fijas, ya que, al ir montada sobre un pontón, podía desplazarse con la ayuda de un remolcador.

En plena guerra civil fue bombardeada, el 14 de octubre de 1938, y se hundió delante del muelle de la Aduana, lugar donde se hallaba atracada habitualmente. Las dudas sobre su recuperación, el coste que supondría y la posibilidad de ser blanco otra vez de la aviación, determinaron que permaneciese en el fondo, enredada con algas, desperdicios y caracolas.

Afortunadamente, en la posguerra fue rescatada por la Comisión de la Armada para el Salvamento de Buques por un importe de 33.775,34 pesetas. La repararon los mismos astilleros que la construyeron y su rendimiento fue extraordinario en la década de 1950, cuando en el puerto se descargaba toda la maquinaria pesada para centrales eléctricas y otros complejos industriales. Sin embargo, el deterioro y el envejecimiento terminaron por jubilarla, aunque se ideó restaurarla. Y en 1987, como homenaje al monumento, se instaló frente al mar, su mar. Y allí sigue.

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