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UNA HISTORIA DEL VALENCIA (II)

Los orígenes del fútbol en nuestra ciudad tuvieron como protagonistas al Español y el Valencia

JOSÉ RICARDO MARCH

Lunes, 11 de septiembre 2017, 10:12

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Todo relato tiene un inicio. Y contar el origen del Valencia prescindiendo del poso previo, sin el cual nada hubiera sido igual a partir de 1919, supone una importante omisión. Es muy posible que sin la acumulación de antecedentes, articulados en torno a la dualidad de nombres Español-Valencia y la ambición de sus integrantes por representar con éxito a la ciudad, el crecimiento del Valencia hubiera sido mucho más lento y tortuoso. O que, a semejanza de lo que pasó con otros pujantes clubes como el Hispania o el España, se hubiera detenido hasta diluirse en la historia.

Para relatar los inicios del fútbol en la ciudad nos encontramos con un problema. Tal y como suele comentar irónicamente Miquel Nadal, resulta más sencillo adivinar cómo vivía el hombre de Atapuerca que dibujar el panorama de la llegada del fútbol a Valencia. El relato del inicio del balompié en nuestras tierras ha sido, tradicionalmente, un ejercicio de encadenado de tópicos a partir de dos formulaciones iniciales: las de Calvo Basset en el Almanaque de LAS PROVINCIAS para 1924 y Sincerátor en la primera historia del club, publicada en 1941. Ya saben: el mar como puerta de entrada del fútbol en la ciudad, la playa como espacio recreativo inicial, los hombres llevando las porterías al hombro desde la ciudad, etcétera. No es que lo que se ha contado siempre no sea cierto. Lo es, pero solo en parte.

Gran parte de las historias asociadas al fútbol en Valencia han vinculado los orígenes del deporte al mar, asociando a los empresarios naranjeros y los marineros ingleses la introducción del nuevo deporte en la ciudad. Hace años Nadal explicó de manera brillante la aportación de las entidades religiosas en la introducción, vía Cataluña, y la consolidación del fútbol en Valencia. Durante décadas habíamos escuchado hablar del padre Viñas, pero los estudios de Nadal y, posteriormente, de Bens y García Nieves, sirvieron para explicar el tema. En la ciudad de principios de siglo, dividida entre blasquistas y clericales (según la clásica expresión de Reig), las órdenes religiosas utilizaron el fútbol como un instrumento de captación de jóvenes para evitar que estos se vieran atraídos por Azzati y compañía.

Faltaba, sin embargo, dar con la tecla inicial. Hoy la historia nos permite rastrear un poco más y podemos afirmar que muy posiblemente el fútbol aterrizó en Valencia a comienzos de siglo y que el entramado organizativo original tuvo como epicentro el velódromo Colón de la calle Hernán Cortés. En ese emplazamiento se jugó el primer partido de fútbol de la ciudad del que se tiene constancia el 1 de febrero de 1903. Y allí se constituyó un club, el Español o, simplemente, Sociedad de jóvenes Foot-Ball, que con el buen tiempo pasó a disputar sus encuentros en Las Arenas. El nuevo deporte se hizo fuerte a partir de un núcleo duro encabezado por el militar José León, promotor del Sporting Club, y con una nómina creciente de integrantes, entre los que la presencia foránea era marginal.

El Español fue el sustrato del que partió todo. Sirvió como base para el desarrollo de la primera sociedad futbolística de peso en la ciudad, el Valencia Football Club, fundado, al parecer, en 1905 y registrado oficialmente en enero de 1907. A pesar de la incomprensión y los recelos iniciales, el club experimentó un desarrollo considerable, gracias, en gran medida, a la Exposición Regional de 1909, que incluyó entre sus festejos un torneo de 'foot-ball' disputado en la Gran Pista de la Exposición («el Wembley del fútbol valenciano», según Sincerátor). En ese campeonato se jugaron dos fases: una 'regional', que ganó el Valencia, y una 'nacional', en la que se impuso el Barça. El Valencia jugó, como campeón regional, el torneo estatal, y a pesar de su mal resultado, que evidenciaba el abismo existente con el deporte catalán y madrileño, el acontecimiento dio alas al club y al fútbol local. De hecho, poco después se fundaría la Federación Valenciana y comenzaron a disputarse campeonatos oficiales.

El Valencia de 1905 fue el gran club del momento. Según una publicación coetánea, alrededor de 1910 tenía 150 socios, 6 equipos y había ganado 4 torneos y 70 partidos. Sin embargo, la experiencia no duró demasiado. Tras su fusión con un centro gimnástico militar, en noviembre de 1911 se planteó 'reorganizar' la sociedad. No hubo más. Parte de los miembros del Valencia original se integraron en el nuevo coco del fútbol local, el Hispania, y a pesar de la aparición intermitente de un nuevo Valencia a lo largo del decenio, el club no resurgió. Con todo, la ambición y el potencial deportivo del primer gran club de la ciudad encontrarían un digno heredero en el Deportivo Español, el germen del actual Valencia.

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