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Hoy juega el Valencia contra el Girona. ¿Contra el Girona o contra el Gerona? El caso es que en los últimos años algunos clubes cambiaron el nombre de los equipos para adaptarlos a la lengua vernácula de la comunidad o a la nueva denominación de la ciudad. Oficialmente es el Girona FC. Sin embargo, el Deportivo de La Coruña, que juega en A Coruña, sigue con su denominación clásica. Podríamos decir que legalmente el debate admite pocas dudas pero cabe plantearse qué hacemos entonces con los nombres y los topónimos en euskera, lengua que se habla en un territorio de España. ¿Escribimos, como toda la vida, Guipúzcoa o asumimos el Gipuzkoa? Reconozcamos que no va a ser fácil, que tenemos el valenciano, el catalán, el gallego y el euskera, además de la lengua común, el castellano. Vaya usted a un señor de Caravaca de la Cruz, provincia de Murcia, y dígale que tiene que aprender que Guipúzcoa ya no es Guipúzcoa sino Gipuzkoa... No sé yo.

Pero por otra parte y aunque me repita -siempre pongo el mismo ejemplo- el exvicepresidente de la Generalitat catalana Josep Lluís Carod-Rovira tenía razón, aunque fuera de Esquerra Republicana y aunque su gestión (y la del president Montilla) fuese un desastre al mantener el programa de construcción nacional iniciado por Jordi Pujol y que está claro a dónde nos ha conducido: «Yo soy Josep Lluís aquí y en la China». Y es cierto, los nombres propios no se traducen, salvo para molestar a alguien, como suele hacer algún columnista madrileño cuando escribe Jorge Pujol o Arturo Mas, como si no hubiera bastantes argumentos para desacreditar al uno y al otro sin tener que cambiarles de nombre. Los debates identitarios siempre encuentran razones en un sentido y en el contrario. Frente a la eficacia y el sentido común que impone no andar traduciendo a cada lengua regional nombres, localizaciones y hasta equipos de fútbol, hay motivos para dudar de esta teoría unificadora. ¿Qué hacemos -le suelo preguntar a un amigo partidario de dicha tesis- con Quart de Poblet, que hasta en tiempos de Franco se llamaba Quart de Poblet? ¿Pasamos a denominarlo Cuarto de Pueblecito? Uf. Dicen los partidarios de la plurinacionalidad que si el españolismo hiciera un esfuerzo hacia las sensibilidades nacionales existentes en el Estado otro gallo nos cantaría. Tal vez.

Aunque no es menos cierto que muchos españolistas sostienen que es la política de concesión a los nacionalistas lo que nos ha llevado a un callejón sin salida. ¿Girona o Gerona? Yo diré Girona pero entiendo que haya gente que siga empleando la forma castellana. Al final, como casi todo, es una cuestión de sentido común. ¿Conoce usted a alguien que hablando en castellano utilice el València en valenciano que Ribó pretende imponer?

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