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EL FUTURO HABITA  ENTRE NOSOTROS

EL FUTURO HABITA ENTRE NOSOTROS

La inteligencia artificial llega al mundo del arte. 'Mecanizados' es la primera exposición en Valencia en impresión 3D

RAFA MARÍ

Lunes, 14 de mayo 2018, 18:52

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Robots. Vamos viendo como los robots hacen -casi siempre mejor que los humanos- todo tipo de actividades, con la excepción de las tareas más creativas y poéticas. Tras los grandes avances de la primera revolución industrial, que concluyeron en el siglo XIX y que aportaron desde el Neolítico el mayor conjunto positivo de transformaciones económicas y sociales, estamos inmersos ahora mismo en plena revolución tecnológica.

Vehículos sin conductor. Las máquinas, bien alimentadas con datos, aperturas, partidas y análisis de posiciones, vapulean al campeón del mundo de ajedrez. Ya hay vehículos sin conductor (es un triste consuelo saber que a veces cometen errores: pronto no los cometerán), sin los teléfonos móviles estaríamos perdidos, los cajeros automáticos proporcionan magníficos servicios a cualquier hora del día, nos beneficiamos de la eficacia de aspiradoras, ordenadores, reproductores de videos... Sí, el futuro ha llegado y habita entre nosotros.

Seducción. La inteligencia artificial -expresión inmediata del poder de los robot- llega al mundo del arte. En la galería ONEstudio (Teruel, 2) se puede ver hasta el 20 de junio la primera muestra en Valencia realizada en impresión 3D. 'Mecanizados' expone obras de José Antonio Picazo (abstracciones geométricas, una de ellas, que se derrumba y reconstruye ante los ojos del espectador, fue convertida en algo real con la colaboración del fotógrafo Fernando Rincón). Picazo tiene como hilo conductor los ritmos actuales de nuestras vidas, con un carácter cercano al mundo industrial y arquitectónico.

Obligaciones laborales. Picazo dice cosas interesantes, puede que polémicas, en cualquier caso necesarias y útiles para un inesquivable debate. «El ser humano se ha convertido en un mero componente del sistema productivo, nos dedicamos a atender nuestras obligaciones laborales, entrecortadas por momentos de descanso». El nivel de alienación ha alcanzado un punto, sigue diciendo Picazo, «donde nosotros mismos nos valoramos simplemente por nuestra condición laboral: seguimos alentando esta situación del ser humano mecanizado».

Riqueza y bienestar. La propuesta de largo alcance de la inteligencia artificial es que sean las máquinas las que trabajen por nosotros, que sean ellas, con su eficacia y rapidez, las que establezcan las bases del bienestar colectivo mientras los humanos nos dedicamos al arte, al ocio, a la conversación, a los deportes y, empeño indispensable para no quedar arrinconados, a la creación de robots cada vez más precisos e infalibles... y también obedientes.

¿Utopía? Puede, pero una utopía que en 2018 casi tocamos con las manos. La tenemos más cercana que otros avances conseguidos en el XIX y XX (aviones, teléfonos, el cine, la televisión, los ordenadores...) y que unos siglos antes ni siquiera eran imaginados por las mentes más fértiles (con la excepción de Aristarco de Samos, Copérnico, Leonardo da Vinci y pocos más). «No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo», dijo Víctor Hugo.

Herencia. El objetivo de 'Mecanizados', afirma Picazo, «no consiste en criticar la herencia que hemos recibido de la revolución industrial y en la cual seguimos viviendo, ya que esta nos ha aportado grandes progresos que aumentaron nuestra calidad de vida». Consiste, simple y ambiciosamente, en mejorar esa herencia.

Valéry. «El ser humano es infinitamente más complejo que su pensamiento», sentenció el poeta y filósofo Paul Valéry. El pensamiento es solo la corteza -mutable- de la vida individual. Del mismo modo, los humanos somos bastante más que agentes comerciales, funcionarios o dependientes. Esas palabras no nos definen bien, nuestra realidad es infinitamente más compleja que todo eso. Las máquinas, asegura Picazo, «pueden liberarnos de trabajos frustrantes que consumen gran parte de nuestro tiempo».

¿Nuestros amos? El peligro radicará en que los robots nos superen en el plano de las ideas, acaben tomando las decisiones fundamentales y se conviertan en nuestros amos. ¿Ciencia-ficción para adolescentes? No creo. El siglo XXII será muy distinto al actual. Es oportuno dedicar parte de nuestro tiempo en imaginarlo.

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