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A la espera de Canadá

Con que el conseller de Economía sea capaz de traerse un par de ideas sobre horarios comerciales y cómo gestionarlos, nos damos por satisfechos

MARÍA JOSÉ GRIMALDO

Jueves, 30 de noviembre 2017, 08:53

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Prometí no volver a pronunciarme sobre el tema con la esperanza, falsa ya veo, de volver a hacerlo sólo cuando hubiera acuerdo. De mi promesa en abril hace ya siete meses y, aunque me he resistido, conseller Climent, no puedo dejar de volver a hacerlo. ¿El detonante? Lo confieso: una foto de la expedición valenciana que acompaña esta semana al presidente Puig en una misión comercial a Canadá para reforzar la presencia de las empresas valencianas y buscar nuevos mercados.

Entre políticos, empresarios y periodistas, descubrí al conseller de Economía. Y pensé: ¿Todavía no ha alcanzado un acuerdo sobre horarios comerciales? La hemeroteca me ha ayudado a hacer el resto. Recuperé entonces algunas de las muchas declaraciones de intenciones con las que nos ilustró nada más acceder al cargo. Y no me remitiré, como otras veces, a eso de que las grandes superficies han matado los pueblos y el pequeño comercio.

En esta ocasión me quedo con otras reflexiones suyas, menos conocidas, pero quizá bastante más sugerentes: «Tenemos que tener paciencia. Ya está bien de jugar al salto de mata. La barra libre no me gusta, la liberalización no entra dentro del modelo que queremos». Corría julio de 2015 y hoy, conseller, he de reconocer que en lo de la paciencia no nos ha mentido. Hace falta tener mucha para casi dos años y medio después seguir en la misma indefinición que estábamos.

Lo de jugar al salto de mata ya es más cuestionable. En todo este tiempo, han pasado de reducir de cinco a dos las zonas de libertad horaria en Valencia para acabar autorizándolas más tarde y a anunciar una cosa y la contraria cada vez que se han sentado a abordar el tema. La última sobre la mesa, y sé que es difícil no perderse, que los comercios cierren un tercio de los domingos y festivos. El 4 de diciembre, nueva fecha fijada por la conselleria para otra reunión del Observatorio del Comercio, veremos en qué queda. Me consta el hartazgo que verbalizó Climent en la última reunión mantenida al efecto. Imagino que el conseller entenderá entonces qué pueden sentir quienes durante estos dos últimos años se han planteado abrir un negocio en Valencia sin saber los días que podrán trabajar al año o aquellos trabajadores cuyos contratos dependen del fin de semana.

Y nos queda la barra libre. ¡Menos mal que no le gusta! Basta con dar un paseo por las principales zonas comerciales de Valencia para comprobar que los puestos de falsificaciones de todo tipo de productos ocupan cada día mayor espacio en la vía pública. Y que los de venta ambulante ilegal se reproducen como las setas. ¿No mata eso al pequeño y mediano comercio, conseller? Le sugiero un recorrido estos días de tanta compra prenavideña: Paseo Ruzafa, Don Juan de Austria, plaza de los Pinazo. El centro, sí. El mismo centro.

La delegación valenciana regresa mañana de Canadá. Los empresarios seguro que saben sacar provecho porque llevan años abriendo mercados solos. Con que el conseller sea capaz de traerse un par de fórmulas sobre horarios comerciales y cómo gestionarlos, nos damos por satisfechos.

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