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La celebración del 9 d’Octubre, el Día de la Comunitat Valenciana, se vio ayer empañada por unos actos lamentables cuando grupos de extrema derecha trataron de reventar la manifestación catalanista que discurría por el centro de Valencia. Si cualquier protesta es legítima, dentro del ejercicio de la libertad de expresión, no lo es nunca aquélla que hace de la fuerza y la intimidación sus herramientas. LAS PROVINCIAS ha sido firme y constante en la denuncia de los proyectos de expansión que buscan diluir la identidad valenciana en unos surrealistas països catalans. Pero la crítica razonable y razonada no puede llevarse al extremo de los ataques violentos que ayer protagonizaron unos radicales que no representan a nadie.

El delegado del Gobierno debe tomar nota de las imágenes de los vídeos de los altercados, que permiten identificar a elementos muy violentos que deberían ser detenidos cuanto antes por la policía. Es lamentable que grupúsculos de un signo y del contrario acaben marcando una jornada que debería ser de fiesta pero que se vivió bajo la sombra de un conflicto catalán que estos días lo contamina todo.

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