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El carril camello

Vista la negativa de Grezzi a la marcha motera para Aspanion, mucho me temo que el siguiente veto sea a los Reyes Magos

Mª JOSÉ POU AMÉRIGO

Sábado, 16 de diciembre 2017, 08:21

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Estoy empezando a preocuparme por la llegada de los Reyes Magos a Valencia. No lo digo porque les haya salido competencia de Reinas republicanas sino por su medio de transporte. Creo que Grezzi aún no ha caído en la cuenta pero, vista su negativa a permitir la marcha motera a favor de Aspanion, mucho me temo que el siguiente veto sea para sus Majestades de Oriente. Dice el Ayuntamiento que los moteros colapsarán la ciudad y contaminarán mucho. Lo dice una concejalía triglicérida que ha conseguido crear embudos donde el tráfico era fluido y contaminar más, con los coches parando y acelerando donde antes circulaban sin obstáculos. En ese contexto, el problema de la ciudad son los sesenta minutos en que los 'papanoeles' motorizados la atravesarán para hacer felices a unos niños que lo necesitan. No quiero ni pensar en la catástrofe que pueden provocar, pues, tres señores montados en camello por el centro en hora punta. Su cabalgata bloqueará Valencia, como cada año. La peculiaridad es que se colapsa por la cantidad de niños que quieren verlos, pero ese detalle, posiblemente, sea irrelevante para un ayuntamiento entregado a los adultos que disfrutan con las damas republicanas. Mi duda es qué pesará más, la virtud o el defecto de una marcha por el centro a lomos de camello. El defecto es la dificultad de hacer fluido el tráfico a ritmo de rumiante. La virtud, ese defecto llevado a un extremo, es decir, la pacificación del tráfico. No hay bicicleta que lo pacifique tanto. De hecho, estoy por solicitar al ayuntamiento que quiten un carril en todas las calles para hacer el carril-camello. O, ya puestos, carril-perezoso. Creo que, junto a las tortugas gigantes, son los seres más lentos del planeta.

El problema de apostar por los camellos es la contaminación. Ya sé que comen hierba de modo que no necesitan consumir gasolina ni producen residuos peligrosos porque son orgánicos pero, como rumiantes, expulsan a la atmósfera -de un modo que no detallaré pero similar al de cualquier ser vivo, incluidos nosotros- grandes cantidades de gas metano que resulta altamente perjudicial para el medio ambiente. Así pues si las motos de los papanoeles solidarios colapsan el tráfico y contaminan, lo de los camellos de los Reyes Magos es peor aún. La opción que le queda a Grezzi es apostar por Papa Noël, siempre que deje a los renos en un aparcamiento desincentivador a las afueras de Valencia. Los pobres son también rumiantes pero, a cambio, vuelan y llevan el trineo por zonas libres de atascos, salvo los drones que puedan sufrir colapsos en el aire. Tendrá que sopesarlo el ayuntamiento. Los camellos contaminan pero solo son tres; los renos, seis, pero a cambio evitan los problemas de circulación. Así se entiende el empeño e incluso la generosa subvención a las Reinas Magas. Ellas van en calesa que ralentiza mucho el tráfico y además no es contaminante. Lo de pacificar ya es otro cantar.

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