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Urgente Muere el mecenas Castellano Comenge

CARABELA

JESÚS REINA

Miércoles, 23 de mayo 2018, 10:31

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Un nuevo crucero de lujo ha llegado al puerto de Dénia, con tantos adinerados turistas como con marinería. Nos cuentan que recibieron los codiciados botes con trípticos informativos, aunque poco se ha dicho de su visita por calles y comercios, y es que estas oportunidades deben aprovecharse con protocolos previamente diseñados, dando a conocer resultados y estrategias.

La falta de calado portuario obliga a fondear fuera de las escolleras, una incomodidad compensada por la posición geoestratégica dianense, parada previa a la navegación insular, golosa visita que puede producirse en cualquier momento del año, sin duda, una improvisada desestacionalización en forma de esporádico goteo.

Me lo estoy imaginando, autobús desde la estación marítima, recorrido urbano para calentar la abultada tarjeta, centro histórico con panorámica castillil, y después de tanto esfuerzo, acomodo de las exigentes posaderas para bajar en trenet hasta el Mercat Municipal, milagro de costumbrismo que los devolverá felices a su trasiego oceánico. Espero que ninguno se caiga al agua, porque parece que la carabela portuguesa está al acecho, tanto es así que en Benidorm y Altea han tenido que desalojar por unas horas sus playas.

Esta peligrosa sinófora, con falsa apariencia de medusa violácea, es típica de aguas atlánticas más templadas, pero debe ser por eso de la globalización que también ha llegado al mediterráneo para atacarnos. Llamativos seres que pueden provocar en su contacto con la piel, dolores, fiebre, vómitos, e incluso la muerte. De momento no se ha registrado ninguna picada en nuestras costas, pero en caso de producirse recomiendan que se retiren los restos de tentáculos, así como lavarse con agua salada y, acercarse rápidamente a un centro médico.

Sin alertar a nadie, y por el susto que puede provocar el habitual roce con una medusa, en este tema también conviene que los ayuntamientos establezcan protocolos de actuación aunque, en nuestro caso, me quedo tranquilo con la vigilancia del servicio de la reserva marina.

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