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CONTRA LOS AGOREROS

En su sólidamente documentado ensayo 'En defensa de la Ilustración', Steven Pinker ajusta cuentas con los enemigos del progreso

RAFA MARÍ

Lunes, 25 de junio 2018, 10:52

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Odio. 'Los intelectuales odian el progreso', afirma Steve Pinker (Montreal, 1954, profesor de Psicología en la Universidad de Harvard) en su ensayo 'En defensa de la Ilustración' (Paidós, junio 2018). «No es que odien los 'frutos' del progreso: la mayoría de los expertos, los críticos y sus lectores biempensantes utilizan ordenadores en lugar de plumas y tinteros y prefieren ser operados con anestesia que sin ella». Lo que les exaspera, añade Pinker, «es la 'idea' del progreso, la creencia ilustrada en que nuestra comprensión del mundo puede mejorar la condición humana».

Estadísticas. 'En defensa de la Ilustración' es un ensayo sólidamente documentado con decenas de gráficos y estadísticas y 142 páginas de notas (fuentes prestigiosas utilizadas). Sus conclusiones son un ajuste de cuentas con los enemigos del progreso. Este libro no les gustará nada a los agoreros, siempre prestos a la tarea de augurar el fin de la especie humana.

Esperanza de vida. Pinker sostiene que nuestro planeta tiene ahora mucha mejor salud que hace 75, 100 o 200 años. Hay menos guerras, menos hambrunas y epidemias, menos pobreza extrema, menos gente analfabeta, más esperanza de vida, más países democráticos, menos mortalidad infantil ... «¡Atención, sorpresa! El mundo ha hecho progresos espectaculares en cada una de las medidas del bienestar humano. Y una segunda sorpresa: casi nadie lo sabe».

Desigualdad. Pinker no idealiza sus propios razonamientos. «Reconocer que las vidas de las clases bajas y medias de los países desarrollados ha mejorado no equivale a negar los formidables problemas a los que se enfrentan las economías del siglo XXI. Pero la desigualdad no es lo mismo que la pobreza. La tendencia a largo plazo en la historia a partir de la Ilustración es el aumento de la fortuna en todo el mundo. Además de generar grandes cantidades de riqueza, las sociedades modernas han dedicado una proporción creciente de dicha riqueza a beneficiar a quienes viven en peores condiciones».

Noticias negativas. Las consecuencias de las noticias negativas son ellas mismas negativas, comenta Pinker. Lejos de estar mejor informados, los espectadores habituales de los telediarios pueden desarrollar una percepción distorsionada de la realidad. «No es de extrañar que los consumidores de noticias negativas se vuelvan taciturnos y fatalistas y digan cosas como '¿Para qué voy a votar. No va a servir de nada'. El objetivo de mi libro de 2011 'Los ángeles que llevamos dentro', incluía cien gráficos y mapas que demostraban que la violencia y las condiciones que la fomentan han disminuido a lo largo de la historia». Los avances técnicos y las democracias han hecho posible estas mejoras.

Cambio climático. Ante esa certeza, los apocalípticos acentúan su lado cenizo y argumentan: «La tecnología no nos salvará; al revés, nos hundirá y acabará con la vida humana en la Tierra. Y lo hará más pronto que tarde. Se acaban los recursos, empezando por el petróleo, la superpoblación es tremenda, el cambio climático lo arrasará todo...».

Modernidad. Abordar el cambio climático es necesario. «La respuesta ilustrada consiste en descubrir cómo obtener la máxima energía con la minima emisión de gases de efecto invernadero», dice Pinker. «Existe una visión trágica de la modernidad según la cual esto resulta imposible: 'La sociedad industrial, alimentada con la combustión del carbono, contiene el combustible de su propia destrucción'. Esta visión trágica es incorrecta: el mundo moderno ha sido progresivamente descarbonizado».

Ira. «Las predicciones sobre la apocalíptica escasez de recursos fracasan reiteradamente. Y como toda demostración de progreso, los informes sobre las mejoras del medio ambiente suelen acogerse con una combinación de ira y falta de lógica», puntualiza Pinker.

Energía. El cambio climático es muy preocupante, pero no irreversible. Para ganar esa dura batalla, Pinker confía en la fuerza que surge de los ideales de la Ilustración: la Razón, la Ciencia y el Humanismo. «El equipo que traiga al mundo energía limpia y abundante beneficiará más a la humanidad que todos los santos, héroes, profetas, mártires y laureados de la historia juntos».

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