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LA ENCUESTA

RAMÓN PALOMAR

Martes, 9 de mayo 2017, 00:14

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Varios lustros de dominio pepero generaron verdaderos profesionales del carguito que venía acompañado del sueldo fijo. Saltaban de un lado a otro y algunos llegaron a pensar que la situación adquiría proporciones perpetuas hasta que les alcanzase la jubilación. Se equivocaron. Hoy en día nada, o casi nada, es para siempre. Cuando perdieron frente al tripartito algunos de ellos se lo tomaron como unas dulces vacaciones forzosas. «Bueno, serán cuatro años y luego todo volverá a su cauce», se decían pelín ojipláticos. Pero tras ver este pasado domingo la encuesta publicada por este diario me temo que el nerviosismo les traspasa. No parece que el ciclo de la izquierda vaya a terminar de repente, con lo cual, todas esas personas que esperaban ansiosas el retorno de sus colores para regresar a su negociado caminan con aire de funambulista al cual le han arrebatado la red. Sospecho que no perciben un detalle que tiene socarrado a un buen número de valencianos; esto es, ¿qué hace Rajoy por nosotros, esforzados valencianos? Pues muy poco. La pasta la derrama hacia el País Vasco e incluso marchó hasta las Canarias para ejercitar labores de relaciones públicas pues necesita desesperadamente ese voto. Valencia se siente abandonada, infrafinanciada, vapuleada, olvidada. Somos una autonomía que contribuye con generosidad al fortalecimiento de las arcas del Estado, sin embargo luego no encontramos la reciprocidad anhelada. Y, por otro lado, mas allá de las cuestiones de educación con el sectario Marzà y de las ocurrencias ciclistas ¿con el advenimiento de la izquierda hemos detectado una catástrofe inminente? Pues no, la verdad es que no, en realidad nuestra vida apenas ha cambiado, ni a mejor ni a peor. Al PP le quedan dos años por delante y mucho tendrá que motivar para que su masa regrese al redil.

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