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PERSONALIDAD DEL VALENCIA EN EL BERNABÉU

Fernando Gómez

Sábado, 29 de abril 2017, 23:51

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Pues no nos hubiese servido de mucho a nivel clasificatorio, pero que gozaba habría significado puntuar en el Santiago Bernabéu. Y principalmente, después de haber competido el encuentro. Ya sabemos que este equipo funciona así, y por una parte la motivación extra de los nuestros, por otra la cercanía del compromiso de las semifinales de la Champions League para ellos, y en definitiva la diferente actitud con la que unos y otros afrontaban el partido, iba a equilibrar las cosas.

Y así fue, parsimonia en los locales y buen trabajo defensivo en los visitantes, saliendo al contragolpe de forma coherente y seguridad en la combinación. Comenzamos mandando. Oportunidad clarísima de Santi Mina que envío la pelota al palo con Keylor Navas batido. Ningún problema atrás. Como antes he comentado, muy previsibles en la circulación de balón, no tenían un jugador como Isco sobre el terreno de juego que desequilibrase en el uno contra uno. Con lo cual no creaban oportunidades de gol, nos mostrábamos consistentes en defensa y peligrosos en ataque. Tampoco tuvimos tantas ocasiones, algo normal en Madrid, pero sí algunas muy claras, como la de Orellana, además de la de Mina, que bien pudieron adelantar a los nuestros. El Valencia estaba mejor, más seguro en lo que hacía. Cada equipo intentó plasmar su intención sobre el campo, pero fue el valenciano el que lo consiguió. Ellos querían dominar, tener la posesión, crear ocasiones y marcar. Nosotros no conceder, mostrarnos fiables sin la pelota, y claritos con ella. Y la mejor ejecución de sus intenciones correspondió al lado valencianista. Sin embargo, marcó Ronaldo, y de forma injusta, el Real se fue a vestuarios por delante, con ventaja de un gol.

Llegó la segunda mitad, y los madrileños entraron mejor. Se había hecho mucho esfuerzo y podía costar aguantar. No llegamos prácticamente al área local en estos segundos cuarenta y cinco minutos de encuentro. Pero, Diego Alves volvió a detener un penalti, y Dani Parejo empató mediante un magistral lanzamiento de libre directo. Para Alves casi es mejor que se le tire un penalti que se le mande un centro al área. Increíble. Y mejor que lo detuviese, porqué después del penaltito que señaló en nuestra contra, no apetecía nada analizar una vez más este enfrentamiento desde la perspectiva arbitral y sus decisiones. También es verdad que debemos ser más inteligentes, y Parejo no tiene por que agarrar al jugador madridista, sabiendo lo que puede suponer. Y es cierto que, una vez decretado el susodicho penalti, Parejo no fue amonestado, algo que hubiese enturbiado todavía más la reflexión general.

Y Marcelo desempató. El trabajo de los futbolistas valencianistas fue el correcto, la basculación la necesaria, quizá demasiado pronunciada la de Munir, que llegó tarde a la cobertura de Montoya tras el regate hacia dentro del jugador brasileño. Ayer me gustó el equipo, su actitud y su personalidad. Y muy bien los chavales en su primera aparición en semejante escenario. Una lástima que no siempre se juegue contra los tres primeros de la tabla.

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